la Fiscalía General del Estado (FGE) de Guerrero entregó los restos de cinco campesinos asesinados hace 50 años durante la Guerra Sucia en la sierra de Ajuchitlán del Progreso.
Los restos de los cinco campesinos fueron localizados en fosas clandestinas, donde se encontraban desde su ejecución por elementos del Ejército mexicano.
Tres de ellos fueron asesinados en el poblado de Los Espadines, mientras que los otros dos perdieron la vida en la comunidad de Las Desdichas. Durante la Guerra Sucia, que tuvo lugar entre 1969 y 1979, miles de personas fueron víctimas de represión y desapariciones forzadas.
Desde las diez de la mañana, los familiares llegaron a las oficinas de la FGE para realizar los trámites necesarios para recibir los restos. Tras recibir los ataúdes, se trasladaron en caravana a la 35 Zona Militar en Chilpancingo, donde se llevó a cabo un homenaje en honor a los fallecidos.
Estela Arroyo Castro, dirigente de la Asociación Representativa de Ejidos y Comunidades, expresó su descontento al señalar que aún faltan dos cuerpos por recuperar y otro más está en calidad de desaparecido.
“No vamos a descansar hasta que se nos haga justicia, porque fueron masacrados injustamente; eran campesinos que vivían del campo”, afirmó.
A 50 años del crimen, Arroyo destacó que gracias a los esfuerzos de sus parientes y colectivos de desaparecidos, se logró localizar los restos. “El mismo Ejército obligó a las familias a cavar las fosas clandestinas”, subrayó.