En opinión de Carlos Alberto Duayhe
Ingenuidad presente
Muelle 1
Ingenuidad presente
Carlos Alberto Duayhe
De esta semana a la entrante llegará Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, su segunda oportunidad en ese cargo y viene a cuento el dicho ese que más vale malo por conocido que bueno por conocer, aunque en su caso vale más descubrirle la segunda condición.
Tampoco aplica la muy traída y llevada frase aquella de que “Estados Unidos no tiene amigos, tiene intereses” diría el secretario John Duster Fuller en tiempos del mandatario Dwight David Eisenhower, ninguna novedad en el frente.
Se sabe y de sobra.
Trump ha levantado ventiscas por todos lados y mientras sí o no trae ahora sí que a todo el mundo con radares en alerta.
Lo mismo con hacer de Canadá el estado 51 de la Unión Americana tomar Groenlandia que es de Dinamarca, confiscar el canal de Panamá por careros con sus barcos, regresar a cuanto migrante cruce por sus calles, avenidas y enormes autopistas, aplicar aranceles a todas las importaciones y a México traerlo de un ala con las industrias, migrantes, narcotráfico y como que ya se chocó del histórico Golfo de México y ahora quiere que e le denomine de América porque le suena rebonito.
En fin, se verá. En el fondo de todo Trump y sus seguidores vuelven a desvelar el misterio de que llevan mano en todo, ninguna novedad en el frente y todo lo que sean recursos monetarios, industriales, tecnología, ciencia, recursos naturales, alimentos, armas y demás, a su espacio terrestre, aéreo, espacial, marítimo, vienen primero hacia sus huestes.
Eso pega y fuerte en el ánimo avasallador de sus seguidores, aunque ello implique imponer sus condiciones, incluida la Europa, pues con Trump nadie está exento.
Nada pues de que espantarse. Es un empresario al que le gusta la eficiencia al máximo en todo lo que hace y cree, así sea destruir, ya luego averigua.
El calentamiento global, contaminación imparable, deforestación, extracción de recursos naturales, que tanto afectan al planeta, minucias que han de arreglarse cuando le convenga aceptarlo.
Así el Golfo de México puede llamarse de América, da igual, porque la enorme contaminación que causan ríos estadounidenses a las aguas son de los más altos del mundo; extraer petróleo, gas y minerales aunque y México y Cuba, que hacen fronteras, pues se aguanten.
Expertos y científicos de la vecina nación admiten que el río Misisipi, que atraviesa casi todo ese territorio, es el que más contamina el Golfo de México. Le acompañan otros: Bravo, Colorado, Alabama.
A México también le toca su parte, mucho por hacer en 11 ríos, entre ellos el Pánuco, Tuxpan, Coatzacoalcos y el Grijalva Usumacinta.
Así –las palabras tienen enorme peso- entre malos, buenos, amigos, intereses y demás, lo que urgen son estadistas, desarrollo compartido o, ingenuidad presente no nos encuentres. Mr. Trump.
Atraques:
1. La presidenta Claudia Sheinbaum aún no recibe la invitación a la toma de protesta de su homólogo en la vecina nación del norte. Y señala que no es problema si no recibe la misiva diplomática, a que cuatachón, de que la trae la trae.
2. Amigos hay, razones sobran, con Estados Unidos lo importante es la cooperación, intereses compartidos, a causas comunes y a resolver tantos diferendos con migrantes, trabajo legalizado y luego armas, drogas. Nada nuevo y todo nuevo.
3. En México hay drogas por doquier y clientes muchos. Urgen más campañas preventivas en escuelas, redes y medios de comunicación convencionales y en la familia ni se diga cuando la hay.
4. Por más que se diga México no se acostumbra a la violencia. Hay que erradicarla, sí. Diario hay ejecutados, sí, y difícil pensar que en esos enfrentamientos pueden caer desde inocentes hasta sicarios día a día. Por armas no paramos.