Japón cae al puesto 104 en disparidad de género en encuesta del Banco Mundial

Japón ocupó el triste puesto 104 en el último informe del Banco Mundial sobre las oportunidades económicas de las mujeres, y sigue rezagado del resto de los países miembros desarrollados del Grupo de los Siete en cuanto al progreso hacia la igualdad de género en la ley.

La encuesta anual, que cubre 190 países y territorios, evalúa las brechas de género en las leyes y regulaciones en ocho áreas, que incluyen el lugar de trabajo, el salario, la paternidad y el espíritu empresarial.

En el informe recién publicado, Japón obtuvo un promedio de 78,8 sobre 100, compartiendo el mismo puntaje con países como Filipinas.

A Japón le fue mal en las categorías de lugar de trabajo y salario, con una puntuación de 50 y 20 sobre 100, respectivamente, aunque obtuvo la máxima puntuación en pensiones y movilidad.

Entre otros miembros del G7, Canadá, Alemania y Francia obtuvieron cada uno 100 en el índice, lo que significa que las mujeres están en igualdad de condiciones legales con los hombres en todas las áreas medidas. Le siguen Italia y Gran Bretaña con una puntuación de 97,5 y Estados Unidos con 91,3.

La clasificación de Japón ha caído continuamente, ocupando el puesto 74 en el informe de 2020, el 80 en el informe de 2021 y el 103 en 2022.

A nivel mundial, el Banco Mundial dijo que el puntaje promedio en el último informe fue de 77,1, una mejora de solo medio punto con respecto a su última encuesta. Dijo que solo hubo 34 reformas legales relacionadas con el género en 18 países, el número más bajo desde 2001.

“Al ritmo actual de reforma, se necesitarían al menos 50 años para abordar la igualdad legal de género en todas partes”, advirtió la organización internacional en el informe. «En muchos países, una mujer que ingresa hoy a la fuerza laboral se jubilará antes de poder obtener los mismos derechos que los hombres».

Agregó que en todo el mundo casi 2.400 millones de mujeres en edad de trabajar no tienen los mismos derechos que los hombres. Hizo un llamado a los países para corregir las disparidades de género, señalando que las mujeres componen la mitad de la población mundial y que los países no pueden darse el lujo de ignorarlas.

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