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   En opinión de Gregorio Ortega Molina  
 La Costumbre del Poder: Alejandro Moreno, el creso quintacolumnista en el PRI  

*El destino de México está anunciado, como lo estuvo el de la Francia ocupada y traicionada por los quintacolumnistas. El castigo fue ejemplar, pero no conllevó la muerte; las fotografías muestran a mujeres y hombres rapados y emplumados e insultados por esos franceses que eligieron la dignidad de la defensa de la patria y la nación, por sobre los mezquinos intereses personales

Gregorio Ortega Molina

Por norma, la mayoría de los administradores públicos y los políticos se despachan con la cuchara grande en la encomienda o en el cargo, son pocos, muy pocos los que sirven al Estado, distantes de los partidos y las camarillas de gobierno.

     Alejandro Moreno no es la excepción a la norma. De manera persistente se suma con eficiencia al engaño, porque no respondió, nunca, a las necesidades de sus electores ni a los militantes del PRI. Se preocupó por servirse a él mismo y llenar sus alforjas y las de familia y amigos. Ahí está la casa de 300 millones de pesos y su playa privada. ¿Es verdad, o sólo descalificación moral?

     El caso del señor Alejandro Moreno es más grave y de peores consecuencias, porque decidió doblar la cerviz y servir a Andrés Manuel López Obrador, para colocarse como modelo de quintacolumnista cerca de Xóchitl Gálvez, y ahora para contribuir a la destrucción, lenta y vergonzosa de lo que fue el partido político que contribuyó a crear el México de las instituciones, del INE ajeno al dictado de Gobernación, amplió la representación de los opositores con las diputaciones de partido y, sí, también se envileció porque toleró todo de sus dirigentes y fue incapaz de incriminar a algún presidente de la República, hacer juicio político a algún representante popular. No quisieron autocontenerse, y ahora pagan.

     Todo fue cantado en tiempo y forma, desde el primer inning, cuando por instrucciones de su patrocinador empezó a ser identificado como A(M)lito, porque en eso se convirtió, en un apéndice o protuberancia o adherencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, y a ello contribuyó Layda Sansores, con sus mañanera del jaguar.

     El destino de México está anunciado, como lo estuvo el de la Francia ocupada y traicionada por los quintacolumnistas. El castigo fue ejemplar, pero no conllevó la muerte; las fotografías muestran a mujeres y hombres rapados y emplumados e insultados por esos franceses que eligieron la dignidad de la defensa de la patria y la nación, por sobre los mezquinos intereses personales. Se puede vivir sin vestir lo que hoy cubre el cuerpo del presidente de México y de su sucesora, que hace mucho decidieron dejar atrás la honestidad valiente, el no mentir, no robar, no traicionar.

     El PRI fenecerá en la indignidad, porque desde que fue creada la Corriente Democrática debió reformarse, auto transformarse, no permitir que los presidentes de la República se sirvieran de él, en lugar de servirlo. De ser un sextante lo convirtieron en un vehículo.

www.gregorioortega.bog                                                 @OrtegaGregorio

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