En opinión de Gregorio Ortega Molina
La Costumbre del Poder: Otra vez la economía, el verdadero costo político de los programas sociales III/V

*Desde el punto de vista económico el futuro de la mayoría se anuncia sombrío; todos sabemos de las consecuencias de las dolorosas o más drásticas o últimas estrecheces económicas soportables por quienes las padecen: crecerá la delincuencia, se multiplicará el poder social del narco, porque su presencia aparecerá como necesaria ante la falta de Estado y, en consecuencia, de autoridad y orden

*… en su primer discurso como presidente electo ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, López Obrador ofreció que bajo su gestión el Ejecutivo no sería nunca más “el poder de los poderes” ni buscaría “someter a otros poderes”. “El Estado democrático de derecho transitará del ideal a la realidad”

Gregorio Ortega Molina

Economía y política también son determinadas por los estados de ánimo que quedan definidos, o perfilados, en la confianza que los gobernados, consumidores, inversionistas, ahorradores y demás integrantes del México bueno y sabio, depositan en el gobierno y las instituciones republicanas, pero también y sobre todo en las privadas.

     ¿Qué ocurrió con los bancos después de su nacionalización? ¿Cuánto socavó a la confianza el episodio de los mexdólares? ¿Y el del error de diciembre? Es momento de aclarar tres puntos esenciales:

1.     Cuáles son las razones de que existan tantas cuentas de Afores inactivas: cambio de empleo, cambio de Afore, desinterés, olvido o, lo peor, perdieron los documentos que los acreditan como propietarios, pero no las instituciones que tienen registro de sus cuentahabientes. ¿Dónde están?

2.     ¿Cuánta confianza y clientes están dispuestas a perder esas instituciones que son los custodios de los ahorros de sus clientes? ¿Pueden y/o deben ampararse? ¿Cuántas cuentas secretas inactivas en la banca suiza? La lesión a las instituciones será tanto o más grave que cuando nacionalizaron la banca.

3.     ¿Cuánto repudio de afectados y solidarios está dispuesto a sumar el gobierno antes del dos de junio? ¿Es tal su urgencia económica?

     En asuntos de paz social, abrir hoyos económicos para tapar otros es grave error. La luz que ilumina nuestro promisorio futuro, Manuel Andrés López Obrador, a quien nada se le puede negar, decidió el camino del endeudamiento para, supuestamente, dar poder adquisitivo a sus plásticos del bienestar, sin detenerse a pensar en el entorno económico de México, y en que el pozo sin fondo de sus prioridades en obras públicas, detuvieron o disminuyeron la creación de empleos, de fuentes de riqueza, para, precisamente, no verse en la necesidad de proceder como lo hizo.

     Desde el punto de vista económico el futuro de la mayoría se anuncia sombrío, y todos sabemos de las consecuencias de las dolorosas o más drásticas o últimas estrecheces económicas soportables por quienes las padecen: crecerá la delincuencia, se multiplicará el poder social del narco, porque su presencia aparecerá como necesaria ante la falta de Estado y, en consecuencia, de autoridad y orden.

     Para infortunio de los que hoy gobiernan y de los custodios del presidencialismo, la única solución posible a esta repetida tragedia económica es política, pero ni siquiera iniciarán el procedimiento para desmantelar la corrupción y la impunidad.

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Desde Los puntos sobre las íes, el legado de un gobierno que mintió, robó y traicionó:

Ha debilitado la división de poderes y a los órganos autónomos que actúan como contrapeso al Ejecutivo, incluidas las instituciones garantes de los procedimientos electorales, ha desaparecido las intermediaciones para tener una relación directa con “el pueblo”, utiliza la justicia con criterios políticos, pasa por encima de la ley cuando esta le estorba, se mantiene en campaña permanente, mina la libertad de expresión y difunde información falsa de manera sistemática, y ha hecho a un lado el conocimiento científico y técnico o todo pensamiento que difiere de “su verdad”.

     … en su primer discurso como presidente electo ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, López Obrador ofreció que bajo su gestión el Ejecutivo no sería nunca más “el poder de los poderes” ni buscaría “someter a otros poderes”. “El Estado democrático de derecho transitará del ideal a la realidad”.

     No cumplió.

     Meses después, el día de su toma de posesión, empeñó su palabra en el sentido de que se acabaría la vergonzosa tradición de fraudes electorales, que las elecciones “serán” limpias y libres y que quien utilizara recursos públicos o

privados p ara comprar votos y traficar con la pobreza de la gente o utilizara el

presupuesto para favorecer a candidatos o partidos iría a la cárcel sin derecho a fianza.

     Tampoco cumplió.

     Se empeñará, hasta su último aliento, en destruir a María Amparo Casar.

www.gregorioortega.blog                                             @OrtegaGregorio

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