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   En opinión de Gregorio Ortega Molina  
 La Costumbre del Poder: Pemex es más de sus acreedores que de los mexicanos; de Oscar Arnulfo Romero a Marcelo Pérez  

* ¿Cuánto afectan las intrigas, exigencias, clausulas secretas de proveedores y prestamistas en las decisiones en Pemex y en la secretaría de Hacienda? Veamos las cosas como son, la soberanía energética exige la propiedad íntegra de la empresa, pero hoy es más de sus acreedores que de los mexicanos

* Se niegan a medir las consecuencias, a recordar lo sucedido con Oscar Arnulfo Romero en San Salvador, pues fue el asesinato que detonó la guerra implacable que desangró a esa nación. Los disparos a Marcelo Pérez Pérez pudieran ser el detonante último, definitivo, del hartazgo de miles, cientos de miles, quizá millones de mexicanos, a los que tiene sin cuidado el dinero de los plásticos del bienestar

Gregorio Ortega Molina

Caro pagaremos los mexicanos la ilusión política, demagógica y de economía criminal sustentada en la soberanía energética. Hoy esa propuesta del pasado cardenista con motivo de la expropiación de 1938 no es viable.

Primero, por el saqueo al que la empresa fue sometida por directivos y gobernantes. Recuerden a Alicia López Portillo y el chivo expiatorio de su desmedida codicia, Jorge Díaz Serrano.

Tampoco podemos olvidar la estupidez de José Andrés de Oteiza, que costo la dirección de Pemex al mismo Díaz Serrano. Y antes, mucho antes, el “no queremos ni Merinos ni ladrones”, gritado por los trabajadores del STPRM. La empresa petrolera estatal nunca fue bien administrada.

Las cifras del primer semestre de este año, proporcionadas por Luis Miguel González para El Economista, indican: “Pemex tiene dos deudas. La financiera está en el radar desde hace tiempo. La petrolera mexicana debe 106,000 millones de dólares. Esta deuda representa 8% del PIB y convierte a Pemex en la petrolera más endeudada del mundo. No se puede tapar el sol con un dedo, dijo el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O. Es tan grande que requerirá varios años para resolverse, reconoció.

“La otra deuda es la que Pemex tiene con proveedores y contratistas. Es enorme y también muy complicada de resolverse. Es muy importante, pero no se ocupa de ella el secretario de Hacienda. Es una cruz que carga el director de la empresa. Eran 148,281 millones de pesos a fines de abril. Un incremento de 59% respecto a los 88,791 millones de pesos registrados en el mismo mes del año pasado”.

Pero entusiasmados en el delirio de grandeza de Andrés Manuel López Obrador, en esa absurda idea de travestirse en un Lázaro Cárdenas redivivo, en lugar de restaurar, corregir y reorientar la producción petrolera y petroquímica, además de lesionar el medio ambiente, son el sarcófago financiero de Pemex,

¿Cuánto afectan las intrigas, exigencias, clausulas secretas de proveedores y prestamistas en las decisiones en Pemex y en la secretaría de Hacienda? Veamos las cosas como son, la soberanía energética exige la propiedad íntegra de la empresa, pero hoy es más de sus acreedores que de los mexicanos.

Nos saldrán caros la 4T y su segundo piso, no rectificarán nunca.

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Horacio Quiroga narra con pulcritud -en uno de sus cuentos- el hartazgo, dolor y venganza del tigre sometido por su entrenador, a la tortura de un cautín en sus testículos, para obligarlo a obedecer.

Es lo mismo que han hecho los coletos con los tzotziles y los otros integrantes de los pobladores originales de Chiapas, incluso después de los Acuerdos de San Andrés. Nada resuelve el abuso, recargado con las políticas de la 4T contra todos los que no se doblan a su voluntad.

Pero se niegan a medir las consecuencias, a recordar lo sucedido con Oscar Arnulfo Romero en San Salvador, pues fue el asesinato que detonó la guerra implacable que desangró a esa nación.

Los disparos a Marcelo Pérez Pérez pudieran ser el detonante último, definitivo, del hartazgo de miles, cientos de miles, quizá millones de mexicanos, a los que tiene sin cuidado el dinero de los plásticos del bienestar.

¿Saben lo que se anuncia, o sólo desean acallar a la jueza Nancy Juárez Salas? No hay antídoto para la violencia ni para las consecuencias del desacato judicial.

www.gregorioortega.blog
@OrtegaGregorio

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