En opinión de Héctor Calderón Hallal
La ‘dama de hielo’, el ‘esquirol nervioso’ y la candidata del pueblo

“Vamos a poner a México de pie, porque hoy está de cabeza”… así empezó la candidata del Frente Opositor Xóchitl Gálvez mientras sostenía el escudo oficial mexicano inserto en una bandera perfectamente doblada, durante su asertiva conferencia de prensa brindada de forma oficial inmediatamente después de terminado el Primer Debate Político, verificado la noche de este domingo en la CDMX, al filo de la medianoche, que marcó, a juicio de muchos analistas políticos que aun no tenían claro el resultado del debate hasta muy cerca de las 11:30 horas.

Y para este humilde servidor y observador, esta conferencia dada por Xóchitl, en comparación a las conferencias dadas al finalizar el evento por Sheinbaum y Máynez… es definitoria del resultado final del llamado Post-Debate’.

Xóchitl ganó el ‘Post-Debate’.

En su primera respuesta dada por la hidalguense en esta conferencia posterior al Debate, Xóchitl remachó diciendo que de hecho “en un país civilizado, Claudia Sheinbaum no hubiese podido ser candidata presidencial, dada su clara responsabilidad en las tragedias de la Línea 12 del Metro, como Jefa de Gobierno en 2022 y en el Colegio Rébsamen, en su calidad de alcaldesa en 2017″… entre otras muchas como incluso la traída a colación y alusiva al hecho de que como autoridad en la capital de la República, durante lo más álgido de la pandemia de Covid 19, permitió o auspició –criminalmente- el uso de “tratamiento para los piojos” para curar el Covid, medicina a la que no llamó Gálvez Ruíz por su nombre genérico (Ivermectina), pero sí lo hizo (y reconoció) al final del debate, la propia aludida y criticada Claudia Sheinbaum, candidata oficialista de Morena.

Por eso Xóchitl tuvo a bien endilgarle a Claudia el mote de “La Dama de Hielo”… por su insensibilidad, su frialdad, su ausencia de empatía y sororidad (según el caso) con las víctimas de las tragedias causadas por la inacción y la negligencia criminal del Gobierno emanado de Morena, que ella personifica, con su fría sonrisa y su aterradora promesa –entre otras- de “ponerle un segundo piso” a lo hecho hasta ahora por el gobierno de López Obrador… un segundo piso a la violencia e inseguridad pública y a la gran tragedia nacional que estas implican; un segundo piso a la corrupción inmensa, imparable y desvergonzada de este Gobierno y algunos de sus principales actores, señalados incluso algunos miembros de la familia presidencial… un segundo piso a la normalización de la mediocridad y la ineficiencia en todos los órdenes del Gobierno y la vida nacional… un segundo piso para dar paso a la extinción de un país donde por lo menos teníamos las mínimas libertades para aspirar a una vida mejor, para escoger en el mercado productos de calidad, para dar a nuestros hijos una educación más allá del dogma, colectivizante, ideológico y totalitarista… un segundo piso donde la ciencia,el método, el esfuerzo individual, el derecho a la tolerancia… y ¿Por qué no?… el derecho a la intolerancia también, serán combatidos desde el Gobierno… Todo eso prohija la hoy candidata Claudia Sheinbaum… “La Dama de Hielo”.

Por otra parte, sí fue otra la actitud y el lenguaje corporal de Xóchitl Gálvez al salir de la sede de la citada confrontación política: Tuvo más seguridad y más relajamiento en su actitud; hubo más “chispa y originalidad” en sus razonamientos y declaraciones, como este con el que inicia esta entrega periodística, alusivo a “poner de pie” al país (representado por el escudo oficial)… y corrigiendo de algún modo lo que por nerviosismo hizo durante la capitulación del Debate: Se despidió mostrando y abrazando ese mismo escudo, que estaba “de cabeza”… involuntariamente, por supuesto.

También después, cuando dijo que “colocar el escudo al revés, era nuestra forma de protestar como ciudadanos, por la cantidad de muertos y desaparecidos a causa de la violencia en el país”, lo cual es otra excelente forma de resortear en términos dialécticos, ante una posición propicia para ser corregida durante un debate; es esa la Xóchitl Gálvez que queríamos ver dentro del Debate….pero que al final la vimos afuera en su primera conferencia Post- Debate.

Aunque tampoco vimos a los otros dos candidatos haciendo derroche de genialidades; también hay que decirlo; el formato del Debate o las propias propuestas de los tres aspirantes a la Primera Magistratura, lo hicieron un espectáculo aburrido.

Durante el encuentro, la candidata de la coalición opositora no se vió con la soltura habitual, se vió tensa… no fue tan “divertida”, tan simpática como lo es en sus apariciones habituales ante los medios; llegó enfundada en un traje sastre blanco, estilo “slim-fit”, color blanco que en nada le favoreció… y bueno, resultó ser una sorpresa para quienes estamos acostumbrados a verla portando coloridos huipiles y atuendos tradicionales. Era el momento de ver a Xóchitl más presidencial que nunca; sus asesores debieron saberlo y llevarlo a la práctica este asunto… pero pues, se desconoce las causas por las que no sucedió esto. También estuvo algunas veces demasiado apegada al guión que le fue dado a seguir por su staff; probablemente si hubiese seguido líricamente su estrategia personal, en un primer momento Xóchitl, le hubiera increpado de entrada en su primera respuesta a Sheinbaum, diciendo seguramente algo así: “Momentito Claudia, para empezar, el planteamiento que haces de que esta elección se resume a un dilema entre escoger volver al pasado de corrupción o escoger seguir por el supuesto camino de la transformación y el progreso, es una auténtico sofisma… o una trampa discursiva, una falacia de parte de ustedes… Corrupción la de ustedes, la que han mostrado inmisericordemente en los casos SEGALMEX, en los sobreprecios de sus obras faraónicas, por demás inservibles; en los comprobados casos del huachicoleo de gasolina hecho por los hermanos Carmona y tantos otros para beneficiar a las campañas electorales de Morena en los estados; en los sonados casos de corrupción y tráfico de influencias de los hermanos y los hijos de tu Presidente de la República y de tu presidente de partido… entre muchísimos otros casos más de corrupción acreditada… no perdóname Claudia, pero los corruptos son ustedes, los de este Gobierno que tú representas… los de Morena”… y ahí sí, adecuar su repuesta sobre el tema de salud pública, que de suyo también es importante. Pero bueno… ya se verá la genialidad de Xóchitl en otor momento de debates.

Ciertamente, Claudia Sheunbaum llegó muy bien asesorada a la cita; mantuvo una voz firme y hasta engolada, con tonos varoniles (lo que desafortunadamente en un país como el nuestro es asociado en la psicología colectiva como un rasgo de autoridad, de destreza, frente a una voz aguda); vistió con un traje sastre impecable que la hizo ver delgada y estética; tuvo respuestas racionales para todo… sí, muy racionales, muy medidas en sus alcances… pero muy ausentes de sensibilidad; muy frías; muy calculadas y “calculadoras” en sus alcances proyectados; respuestas que de ninguna forma dieron satisfacción plena a la población espectante acerca de temas tan sensibles como la violencia y la inseguridad pública, así como el miedo en las calles; la ausencia de salud pública; con un Gobierno que en el tema de educación pública solo ofrece un esquema colectivizante, anárquico, adoctrinador que al final termina reproduciendo un esquema de desigualdad, como en muchos países de economías centralmente planificadas, que han resultado ser un fracaso en la preservación de las libertades individuales y los derechos humanos, donde el valor de la individualidad es tirado por la borda y se fomenta la normalización de la mediocridad en estudiantes y maestros… y con una corrupción desde el Gobierno que es por demás rampante; deliberada, descarada, donde se están forjando grandes fortunas, asquerosametne mayores a las de los tiempos que ellos mismos critican de la “época neoliberal” y en las que no hay castigo alguno. Ni qué decir del pésimo tratamiento a la diplomacia y a las relaciones internacionales de nuestro país, llevada con criterios ideológicos más que con los doctrinarios tradicionales no intervencionistas de la historia de nuestros Gobiernos, en el concierto de las naciones.

En términos generales fue este Debate, por decirlo en términos boxísticos, una esperada pelea de campeonato mundial, donde el púgil (candidata en este caso) obligada a noquear, es decir, Xóchitl Gálvez por ser la retadora, no lo hizo, habiéndolo tenido todo para ello.

Es Xóchitl -indudablemente- con su frescura, su autenticidad como persona, su sencillez y su lenguaje diáfano, la genuina candidata del pueblola favorita de la gente; quedó demostrado.

Aunque esta vez, como dijera el ínclito filósofo de la colonia Lomas del Boulevard, de Culiacán, Sinaloa, el gran Julio César Chávez, “debió haber golpeado al cuerpo, al hígado… que la cabeza sóla cae”.

Por lo que toca al “otro” candidato… al “tercero” en discordia… el apodado en redes “esquirol nervioso”, fue muy diáfano en el papel que le ha tocado jugar en esta contienda. Se dedicó a golpear inmisericordemente a la candidata del Frente Opositor, Xóchitl Gálvez y a apoyar tácitamente a la abanderada de Morena, Claudia Sheinbaum. No engaña el abanderado de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez, hijo putativo de Dante Delgado Rannauro, el “jovencito” de la grilla… inventor de la “nueva política” y noble actor de esta actividad pública.

De lo más destacable que se le vió fue el hecho de que en un acto de honestidad, el novel actor político se presentó a medio debate con la audiencia, dado que pues en realidad nadie lo conoce.

También trató de esbozar un mensaje en lenguaje para sordomudos y cuya traducción por cierto, la intérprete oficial del INE durante el debate no supo ejecutar pues Álvarez Máynez realizó un “performance” con señas y gestos bastante “raro”… después, casi al finalizar, habló de un “Impuesto al Tabasco” del que todavía no hay una explicación a detalle… a menos que se le haya trabado la lengua por nerviosismo… o porque de plano ya venía “entrado” con un par de caguamas en el estómago.

Y es que en términos resumidos, su intervención –por momentos- fue una auténtica promoción a Morena y a su candidata; solo le faltó el estribillo aquel en defensa del voto, sacado al final de cada proceso electoral durante 24 años: “¡Voto por voto, casilla por casilla!”… que en este caso bien pudo ser: “¡Bote por bote… cantina por cantina!”.

Por lo pronto y aludiendo de nuevo a J. C. Chávez… para el próximo debate y en esto de la definición de la próxima Presidenta:…Nada para nadie, porque “¡Hay tiro… hay tiro!”.

Autor: Héctor Calderón Hallal

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