En opinión de Edgar González Martínez
La pobreza laboral y los apoyos económicos sociales
LOS CAPITALES
Por EDGAR GONZALEZ MARTINEZ
Tal parece que medir la pobreza se ha convertido en la mejor campaña de la oposición política que basa, en el fracaso del gobierno en turno, su mejor estrategia electoral. Y por supuesto que no es fácil lograr que toda una nación, que durante 70 años estuvo en la pobreza, cuando el país fue gobernado con otra sigla y otros colores partidarios, logre salir de la pobreza en 6 años. Y todo es cuestión de la inflación y cómo miden los economistas esto de la pobreza.
Ayer, el BBVA México difundió un estudio sobre la “pobreza laboral”, al segundo trimestre del 2024, realizada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), un organismo de gobierno que se ha ganado su existencia con su trabajo. Por pobreza laboral los técnicos de Coneval entienden que toda población que tiene un ingreso per cápita laboral menor al monto monetario de una canasta alimentaria, cae en la llamada “pobreza laboral”. Por supuesto, sin tomar en cuenta otros recursos no laborales como los provenientes de programas sociales, remesas, etcétera. Cabe señalar que el valor de esta canasta se calcula mensualmente para el ámbito rural y urbano.
Y ese ingreso tradicionalmente estuvo por abajo del precio de la canasta básica, hasta que llegaron los apoyos económicos sociales que permitieron apoyar a la economía popular y sacarlos de la pobreza. Pues ahora los especialistas quieren hacernos ver que todo eso es una utopía, algo falso, que es humo que el más ligero viento, lo disipa. Y es cierto, los incrementos salarias se borran fácilmente con el primer golpe de la inflación. Para los economistas en el segundo trimestre del 2024, el porcentaje de población en pobreza laboral (con un ingreso laboral per cápita por debajo del valor monetario de la canasta alimentaria) fue del 35.0%. Este porcentaje no sólo es el más bajo que se ha visto desde el 2007-II (donde el 34.6% de la población estaba en pobreza laboral), sino también, es el segundo más bajo del periodo 2005-I al 2024-II y es 1.7pp menor que el último registro de población en pobreza laboral que se tenía registrado antes de que iniciara la emergencia por pandemia en México, en 2020-I (36.6%).
Y en todo esto, por supuesto, el villano es la inflación. La pobreza laboral se calcula como el porcentaje de personas en hogares con un ingreso laboral per cápita inferior al valor de una canasta alimentaria. Esto implica que hay dos grandes determinantes en la pobreza laboral en México: 1) El costo de la canasta alimentaria, y 2) El ingreso laboral per cápita. Respecto del primero, entre 2020 y 2024 se puede observar que las variaciones en el valor de la canasta alimentaria rural respecto de la urbana se mueven muy estrechamente, siendo ligeramente mayor el aumento de costo en el ámbito rural: 1.5 puntos porcentuales de diferencia.
Entre 2021 y 2022, se presentó a nivel mundial, y también México, un bienio con niveles relativamente altos de inflación explicados en parte por el alza del precio de los alimentos. Esto queda muy evidente al contrastar el crecimiento del costo de la canasta alimentaria con la inflación en México. De enero de 2020 a julio de 2024, el costo de la canasta alimentaria rural creció 43.7% y 42.2% el urbano, mientras que la inflación general (medida a través del INPC) fue de sólo 27.8%. Y entre 2020-I y 2024-II, el ingreso laboral creció en 50.3% en pesos corrientes, en términos reales 19.4%, y ajustado por costo de la canasta alimentaria en solo 8.6%
En fin, dado los importantes incrementos en los costos de la canasta alimentaria en los últimos años, el villano de la película sigue siendo la inflación, pero al final está otra realidad, todo eso de la pobreza se detiene y se supera gracias al ingreso laboral per cápita en los hogares, y que cada vez es más sólido gracias a los apoyos económicos sociales.
Condenan Hoteleros de Tulum constantes bloqueos carreteros.
Como desatinados calificó David Ortiz Mena, presidente de la Asociación de Hoteles de Tulum, los bloqueos de transportistas en las carreteras de Quintana Roo; al condenar la medida registrada en tres ocasiones en el estado, por integrantes del Sindicato de Taxistas, señaló que estas acciones provocaron la cancelación de grupos de turistas. Sin embargo, eso es solo lo medible, pues “hay un impacto mayor, que no podemos cuantificar, que es el daño que se le hace a la imagen del destino. Esto va más allá de unas horas o de una tarde; esto merma la confianza de los visitantes en venir o regresar al destino”.
Ortiz Mena lamentó que los taxistas no tengan una mayor conciencia de las consecuencias de sus actos, pues al lastimar al turismo, también se golpean en su propia economía. “Es inadmisible y no debemos de tolerar que se afecte a los visitantes de esta forma; confiamos en que las autoridades harán todo lo posible para evitar que sucesos como estos vuelvan a ocurrir, porque la economía de Quintana Roo depende en gran parte de nuestros visitantes, y no podemos estar afectando a lo más, por lo menos”, enfatizó el presidente de la Asociación de Hoteles de Tulum.
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