En Opinión De...

   En opinión de Antonio Ortigoza Vázquez  
 La sosa nostra y su conflicto con HSBC, exhiben opacidad en el manejo de los recursos de la UAEH  

*  El comunicado público que difundió la presidenta del Patronato Universitario, Lidia García Anaya, es la prueba fehaciente de la opacidad y el manejo ilegal de los recursos públicos de la Máxima Casa de Estudios de Hidalgo, pues al acusar a la institución financiera de obtener beneficios de dinero que no es suyo, la Sosa Nostra debe ahora explicar a los hidalguenses

y a la comunidad universitaria, sobre todo a los jubilados, por qué tomó sin su consentimiento 3 mil millones de pesos del Fondo de Pensiones, cuando está prohibido que las universidades públicas desvíen sus recursos hacia fines no etiquetados ni autorizados por las autoridades hacendarias. Un doble delito, por donde se le vea

SILOGISMOS 

Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010

Especial de Expediente Ultra

Ante su desesperación por lo mal calculado de su ilícita usura, a la Sosa Nostra no le ha quedado más salida que sacar a la luz la corrupta opacidad con que ha manejo por décadas los recursos públicos de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).

Digamos que el comunicado difundido este martes cinco de noviembre por el patronato de la Máxima Casa de Estudios del Estado, no admite mayores interpretaciones y como dicen los abogados: “a confesión de parte, relevo de pruebas”. O en lenguaje vernáculo, diríamos: “¿para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo?

¿O no es así señores Sosa Castelán?

Firmado por Lidia García Anaya, presidenta del patronato de la UAEH y una de las tantas incondicionales del mafioso Grupo Universidad, el documento difundido acusa casi de pillos a los funcionarios del banco HSBC, al señalar que los 3 mil millones depositados en sus cuentas “NO SON DE ELLOS PARA OBTENER BENEFICIOS MEDIANTE ENGAÑOS Y ARBITRARIEDADES”.

El asunto del conflicto es que al decir de los capos universitarios, la institución bancaria quedó en otorgarles un rendimiento del 8 por ciento y solo les está reconociendo un 4 por ciento; además, alegan que lo pactado implicaba el pago de la cantidad en dólares y no en pesos mexicanos, de tal modo que HSBC les está birlando unos 430 millones de pesos.

La razón le asiste a la Sosa Nostra en el sentido de que el dinero no es de HSBC y, por tanto, el banco no puede obtener beneficios mediante engaños, hasta aquí vamos bien, pero el asunto se tuerce como cola de cochino cuando son los Sosa Castelán y sus secuaces los que incurren en igual circunstancia porque ese dinero TAMPOCO ES SUYO, para poder disponer a su antojo del mismo y practicar algo así como una usura con los recursos, según han dicho, tomados del FONDO DE PENSIONES de los trabajadores de la UAEH.

Los Sosa Castelán deben empezar por explicar qué autoridad, reglamento oficial o entidad pública federal o estatal, les autorizó colocar en un negocio a réditos recursos que no son suyos. Vamos, ¿al menos le pidieron su consentimiento a los directamente afectados, o sea los pensionados de la UAEH?

En su carta pública la presidenta del Patronato sale a decir que el no pago de los 430 millones de intereses de los 3 mil millones de pesos invertidos, afectará al personal académico, administrativo y jubilados de la Universidad pública del Estado. 

¿Qué los recursos no eran exclusivos del Fondo de Pensiones? 

Según los redomados pillos, esto impedirá aceptar más estudiantes al bachillerato; comprar más Garza Buses; equipos de investigación y tecnológicos, construir nuevas aulas y espacios deportivos; y, OJO, atender un mayor número de solicitudes de jubilación.

Y aquí sí que el cochino o mejor dicho, la puerca tuerce en 180 grados el rabo porque con esta confesión de parte, no solo a los pensionados sino a los profesores y a toda la comunidad universitaria le asiste el derecho de exigir explicaciones a estos sinvergüenzas que han secuestrado a la UAEH por más de tres décadas, con todo y sus millonarios recursos.

Hasta donde sabemos, la autonomía universitaria no faculta a sus directivos a desviar los recursos ya etiquetados y destinados para un fin específico, hacia inversiones bancarias. ¿Acaso en la UNAM u otras instituciones de educación superior como el Politécnico Nacional, se dan estas irregularidades? ¡Por supuesto que no¡

Ahora los subordinados de la Sosa Nostra son instruidos por sus jefes políticos para salir a mostrar sus lágrimas de cocodrilo, tratando de justificar sus evidentes tranzas ante la ciudadanía y la comunidad universitaria.

Por supuesto, como ya comentamos en pasadas entregas, habrá que preguntar a los jubilados si alguna vez recibieron un ingreso extra en el pago de sus pensiones por los rendimientos de estos indebidos movimientos financieros de los que apenas se están enterando.

Eso de que no podrá haber más jubilaciones y proyectos de la UAEH por culpa de HSBC, es un cuento que ni un niño de párvulo se cree. A la Sosa Nostra y sus capos les duele quedarse sin esos ingresos indebidos y que con toda seguridad, nunca han sido reportados en los estados financieros de la Máxima Casa de Estudios hidalguense, pues han ido a parar a sus peculios personales, pues al devolver los recursos originales, no hay delito que perseguir. 

El tema de corrupción está precisamente en los réditos que ahora HBSC les está haciendo tablas. De ahí su enojo y desesperación porque el contexto político a nivel nacional y local, les es totalmente adverso.

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