Seguridad

Luto y clamor de justicia en Nuevo Laredo tras el asesinato de una niña

Este día, la ciudad se vistió de luto al dar el último adiós a Lidia Iris, una niña de 8 años que perdió la vida tras ser alcanzada por una bala disparada por personal militar de la Guardia Nacional. El dolor se hizo palpable en el hogar familiar, ubicado en la colonia Valles Elizondo, donde amigos, vecinos y seres queridos se reunieron para acompañar a la familia en este difícil momento.

El cuerpo de Lidia fue velado en su casa y, posteriormente, se llevó a cabo una emotiva misa de cuerpo presente en la capilla La Inmaculada Concepción. Al final, sus restos fueron inhumados en el panteón Jardín de los Ángeles. El rostro de la madre de Lidia, Iris Fuentes Galván, reflejaba la profunda tristeza por la pérdida de su hija. Su abuela, Lidia Galván, quien sobrevivió al ataque, también cargaba con el peso del dolor.

En un desgarrador testimonio, Iris expresó su desesperación: “No se trata solo de mí; son muchos los que hemos perdido a nuestros seres queridos por esta violencia. Queremos justicia, no más palabras vacías”. El clamor de justicia resonó con fuerza durante la ceremonia, donde los asistentes gritaban “¡Justicia!”, manifestando su frustración ante la impunidad que rodea estos trágicos eventos.

Entre los presentes, Yesenia Murillo, tía de Lidia, mostró su indignación y exigió la atención de las autoridades. “¿Dónde está el apoyo de la presidenta Claudia Sheinbaum? Queremos que venga, que sepa lo que estamos sufriendo. Ella tiene que hacerse responsable de lo que está pasando con la Guardia Nacional”, declaró con firmeza. También agregó: “No queremos que esto se convierta en otro caso olvidado. Hay muchas familias que han sido afectadas por la misma violencia”.

Eufemio Fuentes, tío de Lidia, hizo un llamado similar: “La niña tenía un futuro brillante. No esperábamos que esto sucediera. Exigimos que se investigue y que se haga justicia, porque esto no puede caer en el olvido”. Sus palabras reflejaban la impotencia de muchos en una comunidad que ha sido testigo de la violencia en la región. “No solo es mi sobrina, son muchas vidas que se han perdido. Necesitamos que nos escuchen”.

El trágico adiós de Lidia Iris no solo marca el final de una vida prometedora, sino que también encierra la esperanza de un cambio en una comunidad que clama por justicia. Este caso se suma a una lista creciente de víctimas inocentes, y el eco de sus seres queridos resuena con fuerza: “¡Justicia!”.

En los últimos dos años, cuatro menores han perdido la vida a manos de las fuerzas armadas en Nuevo Laredo, específicamente por parte del personal de la Sedena y la Guardia Nacional, quienes han hecho uso excesivo de la fuerza.

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