En opinión de María Manuela de la Rosa A.
LXXIX Periodo de Sesiones de la Asamblea General de la ONU. Denuncias contra el propio organismo (tercera parte)
En medio del enfrentamiento abierto entre Irán e Israel, la guerra inevitablemente va genaralizándose.
Por María Manuela de la Rosa Aguilar.
La ONU se ha convertido, ya no en un organismo de arbitraje y mucho menos de mediación, pero si un foro internacional donde hacen eco las voces de los líderes del mundo, que en este periodo de sesiones han coincidido en su llamado a la paz, para que cese la guerra en el mundo, en donde los temas más apremiantes son Ucrania y Gaza, pero los mandatarios han señalado a Israel, cuyos ataques sobrepasan toda legalidad, en lo que ya se ha calificado como un crimen contra la humanidad. Y la situaciòn se complica, porque inevitablemente la guerra va generalizándose. Ya no es sólo Israel que ataca a Palerstina, sino a Líbano y éste respondiendo; ahora, abiertamente Irán ya entró en la contienda, pues de sobra es sabido que es quien financia a Hezbollah, cuyas principales células se encuentran en Líbano y Palestina; sin embargo, Israel no ha tenido miramientos con la poblaciòn civil que, como en todo conflicto armado, es quien sufre las consecuencias. Los más de 40,000 muertos en su mayoría son gente inocente del pueblo palestino y entre ellos muchos son niños y mujeres. La crueldad de la guerra no tiene límites y la frialdad con la que ha actuado el presidente israelí ha sido ampliamante criticada por la mayoría en esta Asamblea.
Este periodo de sesiones terminó el pasado martes 1 de octubre. Tal vez parezca excesivo, pero es importante reportar aquí los posicionamientos de los jefes de Estado, muchos de los cuales han pasado inadverrtidos para la prensa internacional, tomando sólo los de mayor peso. La realidad posiblemente otorgue la razón a esta política de medios, pero si desde el ejercicio periodístico se hace valer que todos y cada uno de los países que integran las Naciones Unidas gozan de igualdad de derechos, también vale consignar sus opiniones, sobre todo en estos momentos en que el mundo esta a punto de perfilar su futuro inmediato y aunque la II Guerra Mundial dejó una dolorosa cicatriz que cambió al mundo, naciendo este importante organismo internacional para no volver a repetir esta cruel historia, vemos como poco a poco la ONU se ha desdibujado y su autoridad se diluye. No podemos normalizar el hecho, por ejemplo, de que el presidente de Israel, Benjamín Netanyahu, no se digne a tomar el teléfono para contestar las llamadas del Secretario general de la ONU, Anónio Guterres. Esta realidad lo dice todo.
Y en tanto, los jefes de Estado y Gobierno se pronuncian.
En su intervenciòn, su Majestad Abdullah II ibn Al Hussein, Rey de Jordania, hizo notar que en los 25 años que lleva participando en este foro, nunca había visto una crisis tan grande donde estuviera en riesgo la legitimidad y la autoridad moral de ese organismo internacional, que no ha podio ser el medio para proteger al pueblo palestino, que muere de hambre, donde los trabajadores humanitarios y los periodistas son objeto de ataques, donde la Corte Internacional ha sido desafiada y es sorprendente que la confianza en los principios de las Naciones Unidas se estén desmoronando, pues se hace caso omiso de sus resoluciones y el derecho internacional se aplica de manera selectiva, lo cual es una amenaza para la paz y seguridad mundial. Reprochó a Israel y a sus sucesivos gobiernos, que han sido apoyados por el mundo árabe para consolidarse como un Estado y se ha dejado ver como una democracia occidental, pero se ha conducido con brutalidad contra el pueblo palestino, pasando sobre el derecho internacional con total impunidad. El rey Abdullah II dijo que se pretende ver a Jordania como una patria alternativa para los palestinos, pero advirtió que eso no va a suceder, puesto que ellos tienen una propia que debe respetarse y legitimarse, por lo que la comunidad internacional está obligada a proteger sus derechos, su seguridad y bienestar, pues ningún país se beneficiará de una escalada mayor. Convocó a la Asamblea a unirse para poner fin a la guerra y observar al mundo, que clama por la paz, a través de manifestaciones en muchos países, viendo su futuro en riesgo inminente.
Su Excelencia César Bernardo Arévalo de León, Presidente de Guatemala inició su intervención dirigiéndose en quiché, para reivindicar la presencia e importancia de los pueblos indígenas que no han sido escuchados y han sido marginados, pero que tienen un lugar en el futuro colectivo. Enseguida habló de la importancia de la democracia y del gran daño que la corrupción hace a las naciones, por lo que no se debe tolerar y dijo, es preciso rescatar a las instituciones, afectadas por un “pasado autoritario y corrupto”, sin ofrecer mayores argumentos. También hizo votos por el multilateralismo, que es una necesidad urgente para la solución de problemas concretos, sobre todo respecto a los conflictos internacionales y precisó que debe trabajarse por la paz y terminar con el horror de la guerra ponderando los principios del derecho internacional y la dignidad humana; criticó que la actual conformación de las Naciones Unidas con un Consejo de Seguridad que da la autoridad a unos cuantos para la toma de decisiones sobre el mundo, lo cual es inaceptable, haciendo votos por una reforma a fondo de los estatutos que rigen la carta de las NU. Habló de la colaboración de Guatemala en las misiones de paz y anunció el envío de personal de la policía guatemalteca para apoyar en la pacificación de Haití, señalando que un atentado contra uno lo es para todos. También hizo énfasis en el problema migratorio, en el que su gobierno ha establecido políticas públicas para la inclusión de su población en el exterior y la asistencia a los migrantes que entran en ese país, lo que arrancó los aplausos de la audiencia, lo mimo cuando criticó el sometimiento de los pueblos en Venezuela y Nicaragua. Habló del diferendo territorial, marítimo e insular con Belice, en el que espera llegar a un acuerdo mediante la participación de la Corte Internacional de Justicia, para este proceso alcance una solución justa y definitiva, que sirva como ejemplo para la región y para todo el mundo. No hizo falta aludir a los países actualmente en conflicto. Asimismo urgió a la toma de decisiones concretas respecto al cambio climático, que es una realidad devastadora, Guatemala por ejemplo es un país mega-diverso, pero altamente vulnerable; este fenómeno mundial pone en riesgo al sistema, a la economía y a la población, por lo que se tiene que resguardar a la generación presente y futura.
Su Excelencia Viola Amherd, Presidente de la Confederación Suiza dijo que el mundo ha cambiado, pero la humanidad no, siguen las violaciones a los derechos humanos y el recurso de la fuerza ha aumentado, por lo que sólo la unión de naciones puede terminar con esto. Enumeró las muy diversas problemáticas del mundo, como las catástrofes, por lo que el mundo no debe dividirse no bloques, aunque haya culturas tan diversas, la prioridad debe ser la búsqueda de la paz global, justa y duradera. El derecho internacional se ha vulnerado y urge que se apliquen las resoluciones para dar fin a la guerra, en donde la población civil es la que ha pagado el precio más alto, así que el derecho internacional humanitario debe privar por sobre todo. Hizo mención del aumento de la desinformación que sólo ha sembrado la discordia y polarización de los estados, siendo prioritaria la libertad de expresión y se termine con la manipulación. Se compromete con el multilateralismo y restablecer los debates constructivos y pacíficos. Asimismo, apoyó la agenda 2030, que según la líder, es un camino viable para las soluciones de los actuales problemas mundiales.
Su Excelenia Gustavo Petro Urrego, Presidente de Colombia inició su intervención diciendo que es la hora de los pueblos, ya que los gobiernos no han podido y han tomado las bombas como un juego haciendo guerras sin sentido, por lo que la gente sencilla es quien debe tomar las riendas. Dio voz al sentir de su pequeña hija adolescente, quien escribió emotivas palabras, convocando a manifestarse desde el corazón de la tierra dando ejemplo de unidad para alcanzar la paz y proteger al medio ambiente, y si es que el corazón funciona, dejar a un lado la codicia que los está aniquilando como humanidad y dar voz a la tierra. Petro señaló que ahora la capacidad de comunicación se mide por la cantidad de dólares y el poder no reside en la capacidad económica o política, sino en la de destrucción de la humanidad, por eso los llamados a la paz, aunque sean de una gran mayoría, no son escuchados. Priva la lógica del genocidio, de la destrucción del planeta, el pueblo de Dios no es Israel, sino la humanidad entera y existe tal desigualdad que el 1% posee las riquezas del 95% y es responsable de la crisis climática y la oligarquía global lleva a la extinción y para él la respuesta es un nuevo socialismo en donde la nueva riqueza sea construida en el trabajo creador que permita el tiempo libre. Puso a China como ejemplo de diálogo. Aunque muy emotiva su elocución, soslayó la realidad del fracaso absoluto del socialismo, que sólo ha llevado a dictaduras genocidas, no sólo en Asia y Europa, lo vemos en América Latina y aunque China se proyecta como la gran potencia por antonomasia, no se puede esconder el sistema dictatorial y la violación sistemática de las libertades más elementales en su interior.
Le siguió su Alteza el Jeque Sheikh Tamim bin Hamad Al Thani, Emir de Qatar, quien comenzó condenando los ataques al pueblo palestino en donde se está consumando un genocidio, por lo que ya no es sostenible hablar del derecho de Israel y debe parar; dijo que la situación en palestina es una ocupación colonial, y una nueva forma de apartheid de siglo XXI, en donde sólo hay dos caminos: la liberación del pueblo palestino o su total aniquilación. Lo que sucede es producto de una falta de voluntad política y el fracaso deliberado de la comunidad internacional, en donde Qatar se ha desempeñado como mediador que ha dado como resultado acuerdos humanitarios y aunque breve, un cese al fuego, lo mismo que en Yemen, en donde esperan, se de un alto al fuego definitivo.
La Asamblea dibuja claramente los posicionamientos, ponderaciones y la contundencia o no de los mismos ante el contexto internacional, en donde podemos ver indicios de la actual conformación de la geopolítica mundial y aunque algunos estados parecieran de poco peso, en su conjunto constituyen fuerzas notables en la política mundial, como podremos observar posteriormente.