En opinión de Jesús Michel Narváez
Más deuda…
Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Durante cinco años y 10 meses escuchamos cientos, miles de ocasiones que se apoya a los pobres, se realizan grandes obras de infraestructura, el sector salud será mejor que el de Dinamarca, la violencia criminal ha cedido porque hemos atacado el problema de raíz; hemos ahorrado miles de millones de pesos combatiendo la corrupción, por primera ocasión no faltan medicamentos y el empleo crece y el PIB se empareja, aunque no lo reconozcan los adversarios y todo ¡sin endeudar el país!
“Porque no somos como los de antes”.
Al final del quinquenio con 10 meses, la deuda creció y alcanzó el 51.3 por ciento del PIB, con un déficit fiscal de 2 billones de pesos, lo cual llevará a las dos siguientes generaciones a no mirar avances y sí cómo se esfuma el dinero por el pago del servicio de la deuda -intereses-, renegociación de la deuda -pedir prestado para no caer en default-, pagar miserias del capital de la deuda con los recursos frescos y clamar a los cuatro puntos cardinales ¡no nos endeudado!
El anunció que en comisiones de la Cámara de Diputados se aprobó autorizar a la presidenta de la República endeudarse hasta con 1.8 billones de pesos, es para llorar sangre, sudor y lágrimas.
Y aunque se trate de deuda interna, específicamente señalado por los lacayos de San Lázaro -los de la oposición no cantan mal las rancheras, pero desafinan menos-, el final es el mismo: deuda, deuda, deuda.
Los analistas en finanzas sostienen que el déficit fiscal de este año y el mediocre crecimiento del PIB, que cerró en 1 por ciento, triplica la generada por el Fobaproa, una medida que salvó los ahorros de millones de mexicanos y que fue calificada por el que ¿se fue? como el robo más grande de los “banqueros” con respaldo del gobierno de Ernesto Zedillo, en cuyo sexenio el PIB creció 20 por ciento.
Hoy los corifeos -pocos son los y las guapas- que cobran como congresistas en San Lázaro y los que avalan todo en el Senado, le dan una nueva golpiza a la economía de los mexicanos que no forman parte de la élite beneficiada por los regímenes anteriores y particularmente en el pasado en el que el magnate mexicano, sí, el más rico y que se ubica dentro de los 10 hombres más ricos del mundo.
Las credenciales del secretario de Hacienda, ratificado y convertido en empleado transexenal, decían que su experiencia en el manejo de los recursos público representaba la “economía social” y por tanto haría rendir el dinero de los mexicanos para combatir la pobreza, mejor el modo de vivir y todos serían felices, felices, felices.
Sin embargo, el señor Rogelio Ramírez de la O fue incapaz de recortar los fondos destinados a las faraónicas obras del que ¿se fue?, inyectar dinero a raudales a Petróleos Mexicanos, reducir los presupuestos para el campo, dejar en el desamparo a las mujeres víctimas de delitos, aumentar, en cambio, exponencialmente, las bolsas para la Secretaría de la Defensa Nacional, la Guardia Nacional y en menos porcentaje, pero como quiera que se vea un incremento a la Marina.
Al señor Ramírez de la O le tocó aceptar la propuesta del déficit fiscal más altos de los últimos 30 años. Ahora, disfrazado de “endeudamiento interno”, logra que los diputados, a petición de parte o no, autoricen contratar y emitir bonos federales hasta por la suma de 1.8 billones que, sumados a los 2 de este año, en solamente 24 meses la deuda habrá crecido como nunca.
Siempre, sin embargo, se nos dijo que todo y sobre lo demás, en economía “vamos requetebíén”.
Imaginar que al país le fuera medio mal, causa escozor y se tratara de requetemal, a llorar todos.
¿Con qué propiedades, servicios, productos, se pagará ese billón 800 mil millones de pesos?
Seguramente sacarán al conejo de la chistera y se hará el milagro.
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