La reciente masacre en Querétaro, donde diez personas perdieron la vida y trece resultaron heridas en un ataque a un bar, ha desatado críticas entre líderes del Partido Acción Nacional (PAN) hacia el gobierno federal. Dirigentes panistas sostienen que este trágico suceso es un claro reflejo del abandono por parte de la administración de Claudia Sheinbaum en la lucha contra el crimen organizado.
La coordinadora de los senadores del PAN, Guadalupe Murguía, afirmó que los actos violentos son consecuencia del fracaso de la estrategia de seguridad «abrazos y no balazos», promovida por el expresidente Andrés Manuel López Obrador.
«No ha ayudado en nada a contener a los grupos de delincuencia organizada; al contrario, se les ha permitido crecer y empoderarse», señaló Murguía, enfatizando que la principal responsabilidad recae en la federación.Kenia López, diputada federal del PAN, también criticó al gobierno por intentar cargar a los estados la responsabilidad de un delito federal. «Los criminales se sienten poderosos en este país.
Para detener esto, lo único que se debe hacer es aplicar la ley», reclamó, añadiendo que actualmente se registran un promedio de 85 asesinatos diarios en México.Santiago Creel, excandidato presidencial panista, lamentó que el gobierno morenista busque politizar la violencia.
«Cuando hablamos de delincuencia organizada, es responsabilidad federal. No pueden delegar esta carga a los gobiernos locales», subrayó Creel, insistiendo en que la seguridad debe ser una prioridad del gobierno central.Roberto Gil Zuarth también exigió una modificación urgente en la estrategia de combate a la delincuencia. «Estamos viendo un abandono en la persecución y en la paz pública.
Los delincuentes se han apropiado del territorio y se sienten impunes para atacar a la sociedad civil indefensa», advirtió.