En opinión de Miguel A. Rocha Valencia
Mientras nos distraemos con la reforma, ganso construye monarquía
Yo Campesino / País a La Chingada
No es casualidad que la atención esté clavada en las reformas ordenadas por el ganso a sus lacayos, rémoras y traidores en base a la cual se construye más que un régimen, una monarquía donde el poder se hereda, no se elige y en ese sentido México pasará a ser una monarquía tiránica cuya permanencia será muy larga.
De hecho, el príncipe heredero ya está designado y será su propio padre quien le entregue el poder a través de su corcholata en el momento en que el monarca o tirano disponga; podría ser en dos años, seis o los que ordene el profeta, que para eso podrá modificar la maltratada Constitución cuantas veces diga.
Desde luego, la encargada del palacio no opondrá resistencia alguna, como lo hace hoy, al mandato de su amo pues sabe que la silla que vuelve locos a quienes la ocupan, está prestada pues tiene un propietario que durante algún tiempo se llevará los bártulos y ordenanzas a su finca La Chingada.
Será un traslado de los poderes “constitucionales” al rancho de Chiapas desde donde se darán instrucciones acerca de lo que debe o no hacerse de manera omnímoda, ciega, sin chistar o al menos intentar darles algún matiz a las órdenes del tlatoani mientras acá, su protegida, rodeada de la corte cuatrotera, ejecuta fielmente dichos mandatos. Más que jefa del Ejecutivo, será quien ejecute lo que se le mande.
Incluso sería bueno cambiar el texto de la toma de posesión de la futura presidenta constitucional para que diga que protesta obedecer y hacer cumplir los mandatos del caudillo de Tepetitán y no de la Constitución y las leyes que de ella emanen, pues eso de que la ley es la ley pues nomás saldrá sobrando pues la ley estará allá, en Palenque.
Por eso más allá de la forma como se logren las reformas que a final de cuentas llegarían una vez colonizada la Suprema Corte de Justicia en menos de un año, resulta de mayor interés cómo queda el país al que parece estamos aventando al barranco especialmente porque los números económicos y financieros “cascabelean” y desmienten el optimismo del machuchón de palacio Nacional.
Uno de los factores preocupantes porque incide directamente en la deuda y gasto público, es la caída de la recaudación fiscal a agosto dado que se trató de más de 28 mil 330 millones de pesos menos ya que del billón 862 mil millones de pesos, se llegó al billón 833 mil 500 millones.
Al mismo tiempo, el banco de servicios financieros Barclays se sumó a la rebaja de crecimiento para México en este año y se puso en “reservado” para 2025. Esto es importante pues esta institución cotiza en los mercados de Nueva York, Londres y Tokio y cuenta con más de 48 millones de clientes inversionistas a nivel global y por lo tanto influye en las inversiones, como los más de 50 mil millones de dólares que afirman, están parados en Estados Unidos, donde el tema de la desaceleración de economía es factor que ya influye en la nuestra.
Es decir, se trata de factores efectivos y que podrían llevarnos a problemas mayores si se continúa con la actual tendencia, ya que de por sí no hay dinero, la deuda crece y la tributación no alcanza lo esperado en la Ley de Ingresos en tanto que se pausan las inversiones tan necesarias para sustituir lo que el gobierno no puede hacer por ausencia de capital y sustituye con recursos externos.
Eso independientemente del crecimiento de la deuda que se acumula. Por ejemplo, la de Petróleo Mexicanos que “nada más” debe 125 mil 240 millones de lo contraído en este año a pesar de que de nuevo se le perdonaron las aportaciones a Hacienda, o sea, al ingreso presupuestario y sin contar desde luego el débito histórico que en dólares sigue subiendo y está por arriba de los 105 mil millones de billetes verdes.
Y como sucede con la futura presidenta, ni para dónde hacerse pues los pronósticos de “crecimiento” sigue a la baja, así como las recomendaciones para la inversión pública y extranjera en México.
Incluso se deberá estar muy pendientes de las repercusiones que traerán las reformas que comprometan al actual marco legal y se suman a la creciente oleada de violencia que recorre varios estados de la República, especialmente Chiapas, Guerrero, Michoacán, Sinaloa, Sonora y desde luego, Guanajuato, la cual también es factor disuasivo para la inversión, el comercio y la economía en general. Dicen los expertos que los efectos del nearshoring traería un crecimiento de por lo menos el 0.6 por ciento.
Pero eso no importa a la 4T cuyo fin es consolidar la monarquía, aunque al país se lo lleven a y se lo cargue La Chingada.