En opinión de Eduardo Sadot
Niña Romina Dayana víctima de negligencia de Obrador
Eduardo Sadot
Un ejemplo criminal que poco se ha dicho y que se ha intentado minimizar es el caso de la niña Romina Dayana, quien se callera desde una altura de seis pisos, porque la escalera pública nunca tuvo mantenimiento en la alcaldía Iztapalapa, es responsabilidad del gobierno central no de la alcaldía, desde hace 10 años desde que asumió la responsabilidad del gobierno el hombrecito de Macuzpana ordenó desviar el dinero destinado al mantenimiento en todos los edificios públicos y en calles y carreteras.
Me pregunto, acaso Andrés Manuel López Obrador duerme tranquilo en Palenque, sabiendo que una niña pudo morir por la orden directa suya y de nadie más de no pagar mantenimiento en los inmuebles públicos – o en su supina ignorancia ni se entera de las consecuencias de sus estupideces – y sus corifeos en el gobierno por cuidar sus beneficios enriqueciéndose, le aplauden sin reproche mientras su negligencia cobra vidas humanas.
Porque cobra vidas humanas, como señala el Código Penal Federal, son delitos por omisión, por ser omiso en su responsabilidad de garantizar la seguridad de sus gobernados, por una sospechosísima actitud de no combatir a la delincuencia, que despierta la suspicacia de que no lo hizo, por no romper compromisos contraídos con anterioridad con la propia delincuencia.
Delitos por omisión por haber dado la orden de no gastar en mantenimiento para usar ese dinero con fines electoreros, así muchas escaleras eléctricas, que obrador en su vileza, decía en las reuniones de gabinete que era gastos superfluos y que eran mejor que los ciudadanos caminaran para que no se pusieran obesos y que las escaleras eras un artículo “fifi” en el metro, ignorando mañosamente, que eran para el servicio de las personas con dificultades para moverse. Así, la falta de mantenimiento destruyó al metro y de ser uno de los mejores metros del mundo, cancelaron escaleras eléctricas para ahorrarse el mantenimiento y gastárselo en compra de conciencias.
Habrá quién, desde su fanatismo ignorante, pretenda crear un discurso para justificar tal vileza, pero los resultados los pagó una niña, pero desde luego no es la única.
De verdad, nos preguntamos, qué acaso cuando saluda y besa y ve a los ojos de sus nietos López Obrador, no sabe o ni se enteró de que una inocente niña cayó de seis pisos en una escalera de Iztapalapa por falta de mantenimiento, porque él ordenó y firmó la reducción de gasto en mantenimiento en el presupuesto de la ciudad de México y en todo el país.
De verdad, cuando abraza a sus nietos, no se siente culpable de la caída de Romina una niña con un futuro promisorio cancelado por decisiones erráticas, irresponsables y negligentes. Y su secretario de hacienda y sus aplaudidores no fueron capaces de advertirle de las consecuencias de sus actos, acaso no recuerda a los funcionarios – porque los hubo – que le advirtieron y él les dijo que “con qué autoridad me quieren corregir, si no tienen los votos que yo tengo” como si las vidas humanas se midieran por votos.
No, Andrés si tuvieras ética, al menos tantita vergüenza o fueras honesto, tu solo por ese simple hecho, pedirías perdón a los mexicanos afectados y accidentados en carreteras e instalaciones por falta de mantenimiento o éticamente te entregarías a la justicia en lugar de adueñarte del poder judicial para que no te juzguen y no habrías desaparecido los organismos autónomos para que no te descubran.
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