En opinión de Luis Ramírez Baqueiro
Parricidio y filicidio político veracruzano
Astrolabio Político
“El político debe tener: amor apasionado por su causa; ética de su responsabilidad;
mesura en sus actuaciones.” – Max Weber.
Con la conformación de la nueva Sexagésima Sexta Legislatura Federal quedaron al descubierto varias cosas en la política veracruzana.
Lo primero a observar es el desempeño por demás obsequioso, cómplice y hasta inmoral de la actual titular de la Fiscalía General del Estado de Veracruz, Verónica Hernández Giandáns a la que los argumentos ya se le acabaron y solo le ha quedado estar pegada cual garrapata de las valencianas del gobernador Cuitláhuac García Jiménez.
Su actuación ante la posibilidad de que dos prófugos llegarán a tomar protesta al recinto senatorial de Paseo de la Reforma en la Ciudad de México, es de antología. Mientras la Fiscalía General del Estado de Chihuahua hizo hasta lo imposible para detener a Javier Corral, ex gobernador de aquella entidad, incluso llegando a notificar al interior del mismo recinto, el par veracruzano, pareciera que les fue diciendo por donde darse a la fuga.
Es indiscutible que esta señora, deberá rendir cuentas y tarde o temprano, deberá pagar con cárcel sus innumerables e inconfesables acuerdos con toda clase de delincuentes, e inexplicablemente, responder por los miles de inculpados detenidos y procesados ilegal, arbitraria y violatoriamente.
Pero regresando a lo sucedido es claro que habiendo intervenido ya la Fiscalía General de la República en el caso veracruzano, al menos dos circunstancias serias se habrán de presentar.
La primera será ahora que Hernández Giandáns logró meter a Miguel Ángel Yunes Márquez al Senado con un amparo en la mano. Su padre el ex gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares se queda sin fuero, cabe recordar que también tiene sendas denuncias, por cierto, una de ellas por delincuencia organizada.
¿Qué pasará entonces cuando la FGR vaya por el papá?
Seguramente ¿buscará ascender para tener fuero?
Pero en ese instante tendría que salir el hijo, quien se quedaría sin fuero también… y ya con una orden de aprehensión, aunado a una ficha roja de la Interpol.
Entonces, o es uno, o es otro… ¿Qué hará Miguel Ángel Yunes Márquez? Es la pregunta.
La Real Academia de la Lengua Española afirma que el parricidio es la muerte dada a un pariente próximo, especialmente al padre o la madre.
Y en el caso del filicidio apunta que es la muerte dada por un padre o una madre a su propio hijo.
Cierto es que políticamente una de estas dos cosas habrá de suceder, quien estará dispuesto a sacrificarse, ¿el padre salvará al hijo? O ¿el hijo salvará al padre? Políticamente hablando claro está.
Esta historia que pareciera una tragedia griega, no es más que una simple historia jarocha, de esas que se cocinan día a día en nuestra política mexicana.
¿Y usted quién creé que se sacrificará? ¿Padre o hijo?
Al tiempo.
“X” antes Twitter: @LuisBaqueiro_mx