En Opinión De...

   En opinión de Miguel A. Rocha Valencia  
 Plan México, buenas ideas, pero se actúa en contrario; futuro incierto  

Yo Campesino / Pura palabrería

Con discursos fraudulentos y llenos de demagogia no se va a recuperar el país del hoyo en que se encuentra y que en vez de impulsarnos a ser la “economía número 10” del mundo, nos arrastra hacia niveles no vistos con el neoliberalismo, Vicente Fox o Miguel de la Madrid.

Continuar con la desobediencia a la ley vigente “porque yo mando”, destruir instituciones y el marco de derecho porque me caen mal o me estorban e insistir en la compra de compra de votos y sostener una economía ficción con la compra del agradecimiento popular y deuda, nos llevan necesariamente al hoyo.

Nos pueden decir que se va a promover la inversión, que con ello se va a incrementar el empleo y los salarios para así dinamizar la economía y alcanzar niveles de crecimiento por arriba del tres por ciento, pero en los hechos, el gobierno de la 4T hace todo lo contrario para alcanzar esos objetivos.

Y no sólo se trata de la retórica barata de anquilosado nacionalismo que nos recetan en los actos de la president(a) y sus mañaneras del pueblo con todo y sus bravuconadas, defensa del género, desmentidos sin sentido o numeralias artificiales que no cazan con la realidad sino de las acciones que todos los días se ven no sólo en México sino en “el mundo” como les gusta decir hoy en palacio.

De entrada, los desplantes de que somos autónomos y nos mandamos solos violando incluso tratados comerciales o las reglas del mercado internacional para lo cual incluso se llega al extremo de reformar la maltrecha Constitución y su espíritu (porque hoy todo es constitucional cuando conviene) frena a quienes ven en México oportunidades de inversión y no de ahora sino desde la cancelación del NAIM.

Tan es así que en las “magnas obras” del ganso, no hubo un peso de inversión privada, todo fue con recursos fiscales, incluyendo el pago de deuda por la cancelación del aeropuerto de Texcoco. 

Por cierto, presumen inversión de ocho mil millones de pesos para remodelar en actual de la CDMX, pero no dicen que en seis años le ordeñaron 200 millones de dólares anuales, es decir, 24 mil millones de pesos del TUA que debía destinarse al mantenimiento de esa terminal aérea, pero se desviaron al pago de la deuda por el cierre del NAIM.

Aunque eso es historia que todavía se está pagando, lo actual es que nuestra economía en general va para atrás como lo mostró la pérdida de 405 mil empleos que a su vez propiciaron menos consumo, tanto que hasta en la aviación se notó ya que los viajeros disminuyeron en 6.5 por ciento.

De hecho, los analistas como los de Citigroup consideran que los datos de estancamiento podrían llevarnos a una recesión técnica dado que 2024 reflejó un cierre negativo y así será al inicio de este año y ello evitará que el crecimiento del PIB supere al menos el 0.8 por ciento. El empleo no se va a recuperar y por el contrario podría caer, lo cual son buenas noticias para la 4T pues habrá más mexicanos agradecidos por la dádiva.

Para colmo con todo y los demagógicos pactos y canastas básicas oficiales, la inflación se va a sostener en al menos 4.5 por ciento impulsada por los aumentos a los mínimos, los programas sociales y las remesas, pero no por una actividad productiva real, es decir, economía ficción donde tendrá parte relevante el aumento de la deuda pública.

Claro durante esta semana e inicio de la siguiente se van a conocer datos sobre la llegada de viajeros internacionales que aquí ya apuntamos a la baja por el cierre de operaciones; los niveles de la inversión fija bruta, el consumo y las expectativas de crecimiento de otros países, aunque en Latinoamérica se coloca a México en el quinceavo lugar.

Por eso, más allá del discurso triunfalista o de los planes revelados por la jefa del Ejecutivo que objetivamente son buenas intenciones o en el fondo reflejan lo que ella quisiera hacer, es un hecho que sus acciones, condicionadas o no por su debilidad ante el poder del que ya se fue y cuyos emisarios controlan el Legislativo y por lo visto harán lo propio con el remedo de Judicial fraudulento, van en sentido contrario.

Se lo dicen muchos dentro y fuera del país, propios y ajenos que para desarrollar esos programas de los que habla debe contarse con no sólo con unas instituciones sólidas, creíbles que den certeza a los inversionistas y que desde el análisis resistan pruebas de autonomía y no estén sujetas al capricho o decisión equivocada o no de poderes Ejecutivo y Legislativo omnímodos, sin contra pesos.

No se trata de mayorías artificiales como las otorgadas por el INE y el TEPJF que contravienen el espíritu de una ley que sólo se obedece cuando conviene y se desprecia cuando impide o frena los excesos del poder, como sucede con la suspensión dictada por jueces en el proceso de reforma Judicial.

Avalar la violación al amparo y resoluciones judiciales es una mala señal. Desde ahí y tendría que empezar el llamado Plan México y no de fantasías en el aire que dependen de agentes exógenos que ni con la mayoría artificial y fraudulenta del Congreso se pueden eludir. 

La realidad dicen, es terca y al final se impone, entonces ¿Por qué no hacerle caso?

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