Preparándonos para el sol: ¿Qué son las tormentas solares y cómo nos afectan?

Sabemos que sin el sol, la vida en la tierra no sería posible.

El sol calienta el agua de los mares; mantiene la atmósfera en movimiento; genera las estaciones del año a medida que la Tierra gira alrededor de él; y da energía a las plantas, proporcionando alimento para humanos y animales, así como el oxígeno necesario para respirar.

Dada la importancia que tiene el sol en nuestra vida, científicos de todo el mundo monitorean la actividad del «astro rey» y en México, la UNAM cuenta con especialistas cuya misión es observar de manera permanente el estado del sol, para alertar sobre la posible ocurrencia de tormentas solares y los efectos que éstas pueden causar en el entorno espacial de la Tierra.

Juan Américo González Esparza, investigador responsable del Servicio de Clima Espacial del Instituto de Geofísica (IGf) ha dicho que entre 2024 y 2025 puede ocurrir una intensa tormenta solar capaz de afectar los equipos satelitales y de telecomunicaciones que orbitan la Tierra, por lo que todos los países se preparan con protocolos específicos, pues se trata de un evento natural con efectos globales.

«El Sol tiene un ciclo de actividad que dura aproximadamente 11 años, tiempo en el que pasa de estar prácticamente dormido, con una superficie lisa y amarilla, a tener un grupo de manchas solares, regiones oscuras en su superficie que significan que ha entrado en actividad, y comienzan a producirse las tormentas solares”, aclaró.

Asimismo, recalcó que las tormentas solares producen perturbaciones en el entorno espacial de la Tierra y afectan sistemas tecnológicos estratégicos como satélites, telecomunicaciones, sistemas de posicionamiento global (GPS), navegación aérea y las redes de generación y distribución de energía eléctrica.

Las tormentas solares son un fenómeno natural que no se puede predecir cuándo ocurrirán, así que los científicos deben vigilar al Sol todo el tiempo y por eso todos los países deben estar preparados con protocolos especiales, pues estas tormentas dañan los equipos de telecomunicaciones, los satélites en órbita, las redes eléctricas, los sistemas de posicionamiento global (GP) y hasta los servicios aéreos, advirtió González Esparza.

La tormenta solar severa más reciente sucedió en el siglo XIX. “Se conoció como el evento Carrington; ocurrió el 1 de septiembre de 1859 cuando una gigantesca explosión en el Sol hizo un estallido de luz y generó una afectación en la red de telégrafos de todo el mundo. Entonces una aurora polar cubrió todo el planeta y se vio incluso en México; fue observada desde el Palacio de Minería por el entonces director de la Escuela de Minas, Joaquín Velázquez de León, durante una observación astronómica en la que el cielo se cubrió de rojo”, comentó el especialista.

Información de gaceta.unam.mx

End

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba