En opinión de Jesús Michel Narváez
Prisión oficiosa, un paso más a…
Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Una discusión que se alarga, aunque los diputados del oficialismo busquen terminarla.
El fondo tiene un tufo dictatorial que enferma.
Es una poda más a las libertades de los mexicanos, que han conseguido con esfuerzo, con movimientos sociales y hasta con una revolución.
El hecho podría ser considerado por los congresistas oficiales, como baladí. No lo es, porque se mutila una rama más de las libertades.
El diputado federal Santiago Torreblanca Engell, alerta de los riesgos que implica la modificación constitucional para que la prisión preventiva oficiosa prevalezca y no desaparezca como lo ha sentenciado la Corte de Justicia Interamericana.
De entrada, señala que sin reformar al ministerio público y las reglas de operación de las policías -de cualquier nivel- la libertad de una persona está en manos de ambas autoridades con un componente añadido: la extorsión por delante.
“Hay que observar el accionar de los policías: “vigilan” los antros y esperan la salida de los jóvenes -o adultos en su caso- los detienen sin causa probable y los conducen a sus patrullas. Ahí, les dicen que les ha sido encontrado un kilo de cocaína y estarán en prisión por lo menos dos años, hasta que un juez determine la inocencia o culpabilidad. Es falsa la acusación, pero la rematan con un: dame 5 mil pesos y te vas”.
Será la palabra de un policía contra la de un ciudadano. Ante el ministerio público tendrá más peso la que provenga del jenízaro. Y lo conducirá ante un juez de control al que le Solicitará la prisión preventiva oficiosa… no la justificada “por el riesgo de fuga del individuo”
El legislador comenta a este espacio que las cárceles están llenas de detenidos sin razón; podrían llevar sus procesos en libertad con las restricciones que mandatan las leyes. Sin embargo, se pretende mantener la medida cuestionada por juristas, constitucionalistas y legisladores, porque es una forma de “hacer fortuna” sin mayores riesgos.
Como fuere, lo cierto es que si no hay una reforma al ministerio público, que deje de ser un nido de maestros de la criminalidad, las cárceles serán insuficientes para recibir a los miles de personas que son inculpadas solamente por no ponerse a mano con el policía.
El congresista Torreblanca Engell, secretario de la comisión para la reforma político-electoral s integrante de las de Puntos Constitucionales y Seguridad Social, plantea inquietudes que seguramente tendrá mucha gente, como, por ejemplo, ser consignado a un juez y recibir la prisión preventiva oficiosa por un delito no cometido.
La presunción de inocencia se irá al diablo. Sin duda, con la reforma al Poder Judicial de la Federación, será imposible obtener un amparo que proteja al solicitante de las arbitrariedades que comenten los representantes de procurar justicia.
La aprobación en comisiones para que se mantenga la medida cautelar, no significa que ya sea puesta en práctica.
Conforme las informaciones surgidas del INE, los oficialistas tendrán mayoría calificada en la Cámara de Diputados -si es que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación avala la asignación- y, sin embargo, no la alcanzarán en el Senado.
Se trata de una reforma constitucional. Y es esperarse que no cuaje.
De ponerse en marcha, adiós otra rama de la libertad.
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