La paulatina retirada del huracán Beryl, que ha disminuido su intensidad a categoría 1, ha permitido que el estado de Quintana Roo regrese a la alerta amarilla, indicando un peligro moderado. Esta modificación en el nivel de alerta fue anunciada por el gobierno estatal al mediodía, hora local, después de que la región había estado en alerta naranja debido al alto riesgo.
A pesar de los efectos del huracán, el saldo hasta ahora es blanco, sin pérdidas humanas reportadas. El huracán Beryl ha causado interrupciones en el suministro eléctrico, caída de postes, árboles y algunas estructuras como techos de viviendas frágiles, así como encharcamientos en varias áreas. Estos daños, aunque significativos, han sido menores a los previstos, según la gobernadora «Mara» Lezama, quien señaló que el ojo del huracán se redujo antes de tocar tierra, disminuyendo su impacto.
En ciudades turísticas como Cancún y Playa del Carmen, se han registrado algunos traslados de personas a refugios y cortes de energía eléctrica en ciertas zonas. Además, decenas de árboles han caído debido a los fuertes vientos.
A pesar de esto, la actividad en las calles de Cancún ha disminuido significativamente, con la mayoría de los comercios cerrados. Las lluvias, que han variado de moderadas a intensas, han cesado intermitentemente, aunque las ráfagas de viento aún persisten en algunas áreas.
Particularmente, en la zona hotelera de Punta Cancún, conocida por su área de discotecas, se han producido anegamientos. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) ya ha desplegado personal en varios puntos afectados para realizar reparaciones y restablecer el suministro eléctrico. Comparado con otros fenómenos tropicales recientes, como los huracanes Delta y Gama en 2020, la caída de postes no ha sido tan significativa, lo que sugiere una menor devastación en la infraestructura eléctrica.
Con información de El Universal
