Veracruz Opinión

Rocío y Pepe

Por Luciano Blanco González

Los Mexicanos de la vieja escuela estamos educados en el dogma de que en política y en todas las manifestaciones públicas de los seres humanos, en su expresión exterior, la forma, es fondo. Principio que si lo tomamos como cierto y nos condujéramos extremamente apegados a él, tendríamos que aceptar la posibilidad de que vivimos en el trasnoche y por lo mismo no aceptamos las innovaciones de los tiempos modernos y que las cosas se pueden hacer o se están haciendo con otro estilo.

Aun cuando estamos en la etapa de precampañas para la gubernatura y ya la recién iniciada el 22 de enero para diputados locales, es impresionante el rol de movilidad que los primeros están desarrollando en todo el territorio del Estado, moviéndose de un punto a otro tratando de sumar adeptos.

Así Doña Roció Nahle y Don Pepe Yunes con estilo y con discurso muy diferente visitan todas las cabeceras municipales y se dan tiempo para reunirse con los sectores productivos para analizar y conocer su problemática además de las necesidades que meticulosamente anotan en su agenda para trazar el Plan de Gobierno a desarrollar si la voluntad popular los encumbra en la máxima silla del Palacio de Gobierno allá en Xalapa.

Doña Rocío, es una mujer admirable por el cariño que le tienen todos los Morenistas de Veracruz en donde la han apoyado para ser Diputado Federal y para ser Senadora de la República con cientos de miles y un millón más de electores, números que son un antecedente de su arraigo y de su fuerza electoral.

Muy respetable como funcionaria pública, lo ha demostrado con su capacidad profesional, tanto que en su currículo figura su altura, al ser capaz de dirigir la construcción de una magna refinería que pronto estará produciendo miles de barriles de gasolina y otros productos derivados de los hidrocarburos, para lograr con el tiempo la soberanía energética del país.

Sin embargo a pesar de su apego a la ideología Obradorista y su esmerada contribución para materializarla, en campaña da la impresión de que ha abdicado a los principios morales que rigen y dan vida a su movimiento de diversas maneras, la más visible es la ostentación al trasladarse en lujosas y caras camionetas acompañada de un selecto sequito de apoyadores que deslumbran a los lugareños frecuentando de manera cotidiana los mejores restaurantes en donde se hacen servir opíparas viandas ante la admiración de los comensales pueblerinos que no lo creen, pues viene a su memoria, la figura de Andrés Manuel manejando su clásico Tsuru, comiendo en las fondas, degustando una torta, o chorreándose con la salsa de los tacos, comiendo en donde le agarraba el hambre o haciendo un alto en la carretera para saborear un rico jugo de piña mientras parlaba con la marchanta sobre su intención de ser Presidente, o sobre cosas baladíes que revelaban su sencillez, que denotaba que era como nosotros y se podía hablar con él, además hacía sentir que se interesaba en los problemas cotidianos de cada uno de los que tenían la fortuna de entrevistarse con él.

Nada que ver con Doña Rocío, a quien sus coordinadores y organizadores se empeñan en aislarla con vallas metálicas que le impiden a cualquier hijo de vecino acercarse, platicar con ella, comentarle sus inquietudes, los problemas de la comunidad, solicitarle apoyo para comprar una medicina, para ser atendido en algún hospital, para conseguir trabajo, en fin tantas penalidades que se tienen que decir y desean ser escuchados.

Quizás los anfitriones pretendan que ella no sepa de la mala administración o de la nulidad de obras públicas que tienen varios alcaldes interesados en parecer blancas palomitas, trabajadores y honestos ante quien puede ser la próxima gobernadora.

La estrategia de acercamiento que le tienen diseñada es ajena totalmente a la idiosincrasia de los Veracruzanos, a nosotros nos gusta sonreír y que nos correspondan, nos gusta saludar fuerte y emotivos, nos gusta que nos hablen por nuestro nombre, que nos abracen, que nos palmeen la espalda, que nos chuleen, que nos digan palabras bonitas, que nos pregunten por nuestra familia o qué hacemos, a qué nos dedicamos, que quienes quieren mandar se comprometan con nosotros, que escuchen nuestras historias, platicar sobre nuestros pueblos, en fin, no nos gusta que nos miren de reojo o de ladito, o que hagan como que no nos vieron, mucho menos nos gusta que nos ignoren, aborrecemos los desplantes.

Es cierto que el pueblo se desborda ante los poderosos, de quienes esperan ayuda, intuyen que si estamos jodidos, no nos va a ayudar a salir otro jodido, nos tiene que ayudar un pudiente, tal vez por ello crean sus coordinadores que demostrando poder y riqueza es más fácil ganarse la simpatía del electorado.Doña Chío, (la tradición dice que debe de ser una Ch, como mote o como nombre la inicial de quien gobierne el Estado) es una persona inteligente y sensible, pero algo le está fallando porque da mucho de qué hablar con su caravana y con su ostentación, lo menos que se piensa es que esta derrochando en su precampaña, la pregunta sin respuesta es de donde sale tanto dinero, son recursos propios, de su partido, del gobierno o de quien.

Ella, debe de moderar los visibles excesos, tiene la fortuna de transitar un territorio en el que no ha crecido la violencia, en que hay un gobierno que se preocupa por la tranquilidad pública que persigue y castiga a los delincuentes y si algo llegara a suceder en el ámbito electoral, no habrá argumento para culpar la gobernanza del Estado, si algo sucede será culpa de los graves errores que desde ahora está cometiendo y que son el pan nuestro de cada día en las redes sociales en la prensa y en todos los medios sociales con críticas muy agrias y memes muy grotescos.

El otro aspirante, el Señor Yunes, modestito, con reuniones no tan masivas saluda a todo mundo, hace altos desesperantes con líderes y ciudadanos que desean plantarle alguna situación, siempre sonríe, se deja abrazar, saluda, platica la historia de los pueblos que visita, no trae comitiva, quizás porque no le ven futuro, pero está avanzando peligrosamente, viejos amigos que ha cultivado a lo largo de su carrera política que ya reposaban o andaban fuera del carril, se les ve nuevamente en las filas partidistas, a su lado. Pepe, poco a poco levanta el vuelo y avanza como si fuera solito, se ve que va atrás en las preferencias, pero tiene más de cien días para emparejarse, sobre todo que ahora ha logrado unificar a los partidos tradicionales de Veracruz que no le ven defecto, aunque no tenga recursos, situación que por ahora le beneficia.

Finalmente, hay que agregar que a las formas hay que agregar los tiempos, circunstancia que no está atendiendo López Obrador, quien en los momentos menos adecuados esta radicalizando la consolidación de La Cuarta Transformación, al proclamar la necesidad de una serie de Reformas a la Constitución General de la Republica, Claudia Sheinbaum en quien confía que será su sucesora, va mas allá y ella se pronuncia por una nueva Constitución, cuyo corte según se ha difundido es de corte populista hacia la izquierda es decir socialista.

Es Cierto sin una nueva Constitución, la Cuarta Transformación será borrada de la historia en sus fines, el movimiento de independencia nos lego la Constitución de 1824, el movimiento de reforma nos dio la Constitución de 1857, el movimiento revolucionario trascendió y se hizo fuerte por la Constitución de 1917 por eso le urge al movimiento de la transformación darnos una nueva Constitución donde se plasme el conjunto de derechos y garantías de todos los mexicanos, pero no es el momento, hay mucho que conservar, que reconstruir y que salvaguardar, hay una mayoría que ama la libertad, la justicia y la democracia que está en contra de un nuevo texto que nos rija, pero si llega a suceder que sea por el bien de la patria.

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