En opinión de Héctor Calderón Hallal
Samuel Ocaña García: un ejemplo de honradez y honestidad en la política
En opinión de Héctor Calderón Hallal
Con el último día del año 2024, se extinguió también la vida del exgobernador de Sonora, Samuel Ocaña García, a sus 93 años, quien fue mandatario estatal entre 1979 y 1985. Padecía cáncer.
Y como un denominador común en la opinión de todas las personas que el suscrito consultó, surgió la respuesta: … Fue uno de los mejores gobernadores de Sonora…
Impulsor y constructor de las principales obras de infraestructura más relevantes actualmente en aquella entidad, principalmente en Hermosillo, la capital del Estado.
Son, francamente, grandes legados de Ocaña: el Centro de Usos Múltiples de Sonora (CUM); Radio Sonora; la Casa de la Cultura; el Colegio de Sonora (ColSon); el Centro Ecológico; la Sociedad Sonorense de Historia; el Crédito Educativo; el CESUES (hoy Universidad Estatal de Sonora); la planta armadora de la marca automotriz estadounidense FORD, que se planificó y constituyó legalmente en su sexenio … entre otras muchas obras más…
Estudió en la Escuela Superior de Medicina Rural del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y en 1958, ingresó al Instituto Nacional de Neumología, donde se especializó en neumología y cirugía del tórax. Durante este tiempo, se desempeñó también como secretario personal del expresidente Adolfo de la Huerta, de quien llegó a ser amigo personal en sus últimos años de vida.
Durante su estancia en la Ciudad de México, Ocaña se unió al Partido Popular Socialista (PPS), inspirado por el movimiento socialista más amplio de la época, entre quienes estaba Vicente Lombardo Toledano, ni más ni menos. Más tarde se unió al Partido Revolucionario Inastitucional (PRI) en 1959, partido del que sería abanderado e ideólogo años después, ya instalado en Navojoa, meridional ciudad de la geografía sonorense.
De la Huerta lo llevó a conocer al presidente Adolfo Ruiz Cortines, presidente de México en funciones, de quien Ocaña García admiró en todo momento su sencillez y su trato sincero y genuino con los ciudadanos de cualquier clase o condición social.
En 1973 ganó la alcaldía de Navojoa, después de ser director del Centro de Estudios Políticos, Económicos y Sociales (CEPES) del PRI municipal y antes, director fundador del Hospital Regional de Cirugía Pulmonar y Torácica del sur de Sonora, con asiento ahí mismo en Navojoa.
Al terminar su período como alcalde navojoense, fue nombrado -primero subsecretario- y luego secretario general de Gobierno, por el entonces gobernador Alejandro Carrillo.
Resultó electo Gobernador de Sonora para el período 1979-1985, habiendo sido abanderado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Después fue Subsecretario de la Reforma Agraria a nivel federal y delegado general del CEN del PRI en el Estado de Sinaloa, durante la campaña para Gobernador de Sinaloa del licenciado Francisco Labastida Ochoa, que resultó ganador con amplia mayoría y en donde -por cierto- coincidió con el entonces diputado federal y delegado general del CEN de la CNOP en Sinaloa, Luis Donaldo Colosio… su paisano.
Y no obstante haber alcanzado el más alto y honroso cargo al que puede aspirar el ciudadano de una entidad federativa en nuestro país, la vocación de servicio de Samuel Ocaña le propició al político y al hombre que habitaban en él, un suficiente ánimo para buscar la presidencia municipal de su natal Arivechi, municipio serrano de Sonora, hasta en dos ocasiones, así como Rector de la Universidad de la Sierra, cuyo campus está asentado en Moctezuma, Sonora; después de haber sido el primer mandatario de aquella noroccidental entidad mexicana.
Arivechi es un poblado de la Sierra Norte de Sonora, de no más de mil habitantes. Buscar servir a su pueblo natal en los últimos años de su vida, denotó una actitud fiel a su formación, desde su más temprana etapa: era un político con compromiso social; fiel a la gente humilde… a la gente del “Sonora profundo”.
Priorizar el desarrollo social y la infraestructura en comunidades rurales, especialmente en materia de salud, educación y vivienda, fue la obra material más significativa de su administración.
Pero su obra humana -como gobernante- es la que sin duda ha quedado grabada en la conciencia de los sonorenses; el nombre y la historia de Samuel Ocaña García bien pueden ser invocados a propósito de toda la historia de progreso y de avance social del muy productivo Estado de Sonora en el siglo XX.
Ocaña García es recordado como un líder cercano al pueblo, con una visión progresista para su época, lo cual fue reconocido incluso por el expresidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de quien dijo -como nunca se le había escuchado reconocerle a un priista- que “no robó” … y es que, como lo dejó escrito para la posteridad el senador y filósofo romano Publio Ciro: “Dios se fija en las manos limpias… no en las manos llenas”.
Habla muy bien del actual Gobernador de Sonora, Alfonso Durazo Montaño, un habilidoso político mexicano de los últimos tiempos, quien ha sabido navegar en las vertiginosas aguas de las distintas corrientes de la política mexicana, con honestidad y hasta con decoro, el homenaje que rindió en días pasados al exgobernador Samuel Ocaña García, en la explanada misma del Palacio de Gobierno Estatal en Hermosillo, ante lo más significativo de la sociedad sonorense y la familia del homenajeado.
Y es que como dice el dicho muy mexicano: “Te honrará el honrado… y te difamará el infamado”.
Durazo Montaño dijo “Cuando pensé en este espacio (la explanada central del Palacio Estatal), para realizar este acto, considerando la sencillez y la modestia del doctor Ocaña, ponderé si a él le hubiese gustado este homenaje… y seguramente me hubiera dicho que no, por ser ajeno a los reconocimientos… por ello este homenaje a un exgobernador, el primero que se hace en este inmueble… es realmente muy merecido”.
“Es inevitable pensar en la huella singular del doctor Ocaña a su paso por la política sonorense y mexicana”, señaló el mandatario.
“Era un hombre ubicado en la justa medianía en la que debemos vivir los gobernantes, según la ya clásica sentencia juarista”, atajó, para luego reforzar su comentario con un recuerdo personal que esbozaba muy plástica y nítidamente al sencillo personaje, al que “el boato le fue siempre ajeno” …
Alfonso Durazo reseñó que en una ocasión, recuerda haber visto afuera de ese Palacio de Gobierno Estatal de Hermosillo, a don Samuel Ocaña solo, al término de una presentación de algún libro, a las que asistía él con frecuencia dada su condición de voraz lector y que, por confundirse entre la población -como un ciudadano más- sin escoltas ni parafernalia alguna propia del poder, a cualquier ciudadano le hubiese costado mucho esfuerzo reconocerlo entre la multitud como un exgobernador, pues su vestir era propio de una persona sencilla y humilde: camisa a cuadros y sombrero tipo texana, como todo un hombre de la campiña sonorense… situación que difícilmente se ve, incluso en nuestros días en los exgobernadores…
Por eso el gobernador Durazo Montaño dijo en su alocución dentro del homenaje post-mortem al exgobernador Samuel Ocaña, que este “fue un adelantado a su tiempo” en sus conductas observadas como gobernante, pues incluso hoy día, gracias a la llegada de la transformación de la vida pública nacional, la sencillez y la ausencia de ostentación del poder por parte de los gobernantes, es un proceso apenas en vías de implementación… gradual.
Esas conductas no son observadas por los exgobernadores de Sonora ni del país aún… seguramente quiso decir el gobernador Alfonso Durazo.
“Un intachable servidor público muy comprometido con las mejores causas y congruente hasta el final” … Así se expresan de él, quienes tuvieron el privilegio de tratarlo en el plano político y profesional.
Uno de ellos, Heriberto Galindo Quiñones, considerado uno de los mejores operadores políticos y de medios de comunicación de este país y, quien operó el destape de Ocaña García como candidato a Gobernador, desde la Secretaría de Gobernación que dirigía Don Jesús Reyes Heroles, en el sexenio de López Portillo… (aunque a Heriberto no le gusta que se le reconozca este atributo, por su modestia en exceso… yo asumo el riesgo y lo expreso públicamente); Galindo aprendió del profesionalismo y la eficacia de Reyes Heroles.
El licenciado Reyes Heroles entrevistó a todos los aspirantes y convenció a JLP asimismo que los entrevistara y tomara la decisión más adecuada para Sonora.
Entre ellos entrevistó a dos viejos prestigiados sonorenses, antes incluso de conocer a Ocaña: el mismísimo Ernesto P. Uruchurtu y Armando Hopkins (tío de Guillermo Hopkins) a quien Luis Donaldo Colosio escogería años después como su suplente en el Senado de la República. Estos dos veteranos y sabios de la política, comedidamente, declinaron ser opción para Sonora en aquel entonces.
Al final, tanto el presidente López Portillo como el titular de la Segob, Reyes Heroles, después de las entrevistas, coincidieron en que el doctor Samuel Ocaña era el más indicado.
Es también de sobra sabido, que el entonces presidente del CEN del PRI, Carlos Sansores Pérez, le habría cerrado el paso al doctor Samuel Ocaña para ser candidato a diputado federal y nunca lo supuso como uno de los posibles candidatos al Gobierno del Estado y, Ernesto Álvarez Nolasco, por iniciativa de Mario Vargas Saldaña (antes de que éste fuera secretario general del CEN del PRI, acompañando a Lugo Verduzco en su gestión) lo acercó al secretario Reyes Heroles y este a su vez a López Portillo quien lo aprobó, dejando fuera de la contienda a Salomón Faz (favorito de Sansores y de López Portillo) a Francisco Vizcaíno Murray y a César Tapia Quijada.
Ocaña García fue un gran Gobernador de Sonora… hombre de una gran sensibilidad y vocación social. Sencillo, humilde y honesto.
“Era habitual -volviendo a las remembranzas del personaje, hechas por el propio gobernador Durazo- ver largas filas de cientos de ciudadanos en el Palacio de Gobierno de Hermosillo, todas las mañanas desde muy temprana hora, pidiendo audiencia con el señor Gobernador, a quienes este atendía sin retraso alguno, de manera comedida y servicial… de hecho, a la hora que llegaba -siempre muy puntual y temprano por cierto- el doctor Ocaña caminaba el trayecto de la fila hasta en una hora o más hasta la puerta de su oficina, saludando de mano a la gente que deseaba verlo y en una especie de preludio del tema a tratar”, señaló el Gobernador Durazo.
A Don Samuel solo le fueron suficientes para logar un excelente desempeño en su cargo, su buena voluntad al servicio de la gente, su fama pública como hombre de ciencia y ciudadano de bien y su trabajo incansable para servir al mayor número de gobernados posible… y esta fue su plataforma; la mejor con la que debe y puede contar un ciudadano para aspirar a un cargo público… plataforma y atributos que al final, le fueron reconocidos al doctor Ocaña García por sus paisanos sonorenses… y por la dirigencia de su partido y el Gobierno de la República… ¿Qué más?
D. E. P. el doctor Samuel Ocaña García, ejemplo de honradez y compromiso con los más altos valores de la ética y la moral pública.
Y como sabiamente reza el refranero español… “Murió el hombre, más no su nombre” … de un personaje como el de Samuel Ocaña García “quien no tuvo ni las manos en las cartas, ni los ojos en las arcas”, dada su proclividad a la prudencia y al respeto a lo ajeno, en todo momento.
Cosa curiosa: todos los cargos ocupados por el doctor Samuel Ocaña García, fueron con el respaldo del PRI y de gobiernos priístas; por eso vale tanto el reconocimiento del Gobernador Alfonso Durazo, al homenajearlo con vehemencia y admiración.
Autor: Héctor Calderón Hallal
@CalderonHallal1;
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