Se preparan oaxaqueños para celebrar a la virgen de la Soledad
Redacción Oaxaca Político / El Imparcial de Oaxaca.,- La ciudad de Oaxaca se prepara con fervor para celebrar, este 18 de diciembre, la fiesta de su más venerada protectora, la Virgen de la Soledad. Este día, que marca el culmen de una serie de celebraciones religiosas, reúne a miles de personas, quienes se acercan al templo con esperanza y gratitud, buscando rendir homenaje a la imagen que, para muchos, representa un faro de fe, protección y milagros.
LA FE Y EL COMPROMISO CON LA VIRGEN
Desde días previos, el bullicio en las calles de la Verde Antequera en torno al templo de La Soledad ha comenzado a tomar fuerza. Los fieles, tanto de la ciudad como de otros rincones del estado y del país, se preparan para venerar a la Virgen, agradeciendo los favores recibidos o pidiendo su intercesión por las necesidades que aún persisten. La devoción a la Virgen de la Soledad trasciende las barreras del tiempo y la distancia, y es común ver a quienes llegan de todas partes con ofrendas de todo tipo, con la esperanza de que sus plegarias no caerán en saco roto.
El fervor por la Virgen, patrona de Oaxaca, es palpable en cada rincón de la ciudad. Desde el templo de la Basílica hasta las casas particulares, la fe en la Virgen de la Soledad sigue siendo un pilar fundamental de la vida cotidiana de los oaxaqueños. La imagen es un símbolo de esperanza, no solo en los momentos de alegría, sino también en los de adversidad, cuando los fieles recurren a ella en busca de consuelo y fortaleza.
LA HISTORIA DE LA VIRGEN DE LA SOLEDAD: UN ENCUENTRO MILAGROSO
La historia de la Virgen de la Soledad, como patrona de los oaxaqueños, tiene sus raíces en un suceso milagroso ocurrido en el siglo XVI. Según las crónicas, en 1543 (aunque algunas fuentes apuntan a 1617), un arriero que viajaba de la Villa de Veracruz hacia Guatemala se percató de que en su recua de animales viajaba una mula con una carga que no le pertenecía. Decidió continuar su camino, pero al llegar a la Ermita de San Sebastián (hoy Basílica de la Soledad), la mula cayó al suelo.
El arriero intentó levantarla, pero no lo consiguió. Desesperado, decidió acudir a la ciudad para pedir ayuda de las autoridades. Al llegar el alcalde, ordenó abrir la carga de la mula, descubriéndose con asombro que dentro de ella se encontraba una imagen de la Virgen de la Soledad, ubicada al pie de la cruz, y otra del Cristo de la Ascensión del Señor.
Este descubrimiento fue tan extraordinario que las autoridades locales decidieron llamar al obispo, Fray Bartolomé de Bohórquez, quien ordenó que la imagen de la Virgen fuera resguardada en la Ermita de San Sebastián. En reconocimiento al milagro, se dio inicio a la construcción de un templo en honor a la Virgen. Fue hasta 1682 cuando, gracias a la donación de Don Fernando Méndez, se concluyó la edificación del templo que hoy conocemos, que fue consagrado en 1690.
UN LUGAR DE FE Y DEVOCIÓN
Con el paso del tiempo, la Virgen de la Soledad ha ganado un lugar muy especial en el corazón de los oaxaqueños. En 1904, durante el mandato del primer arzobispo de Oaxaca, Don Eulogio Gillow, la Virgen fue coronada pontificiamente, como un reconocimiento a la devoción y la fe que le profesan los fieles. Posteriormente, en 1960, bajo el papado de Juan XXIII, el templo fue elevado al rango de basílica.
La importancia de la Virgen de la Soledad trascendió aún más cuando, en 1979, el Papa Juan Pablo II la visitó durante su gira por México. Ese gesto simbólico consolidó aún más el amor y la devoción de los oaxaqueños hacia su patrona, quien se ha convertido en una figura espiritual de gran relevancia, no solo para los habitantes de Oaxaca, sino para el mundo entero.
UN TEMPLO DE BELLEZA INIGUALABLE
Hoy, la Basílica de la Soledad es uno de los templos más hermosos de Oaxaca, un ejemplo del barroco oaxaqueño que sigue fascinando a locales y turistas. Cada año, en su fiesta, las calles de la ciudad se llenan de devotos, peregrinos y turistas que se suman a la celebración para rendir homenaje a la Virgen, cuya imagen está considerada como la protectora de los marineros y la patrona de Oaxaca.
El 18 de diciembre, como cada año, la ciudad de Oaxaca vibrará al ritmo de las festividades, que incluyen procesiones, danzas tradicionales, música, y una muestra impresionante de la devoción popular. Este día, los habitantes de la capital oaxaqueña y miles de visitantes celebrarán con alegría y respeto a la Virgen de la Soledad, pidiendo su intercesión y agradeciendo su protección y misericordia.
La Virgen de la Soledad, siempre presente en los corazones de los oaxaqueños, sigue siendo un faro de fe y esperanza para todos aquellos que buscan su bendición.
GPP