En opinión de Jesús Michel Narváez  
 Sellos de Clausura ¿negocio?  

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

A raíz de la publicación en este espacio correspondiente el pasado sábado y en el que se difundió lo vetusto e ilegal colocar sellos de clausura o suspensión de actividades ordenados por el “Distrito Federal”, tres lectores me hicieron favor de enviar sus opiniones y que, confirman lo aquí expuesto con el agravante que, todo indicaría -ellos no lo dicen, lo sospecha el tecleador- es un negocio que, por desgracia, no se puede confirmar de manera oficial.

Sergio Sandoval, abogado litigante, indica:

“Gran punto con el cual se han ganado asuntos, y que a pesar de las sentencias ganadoras se han ignorado, sin embargo, enmiendan la plana con oficios directos corrigiendo, la redacción y vuelven a clausurar. Excelente nota”.

Manuel Jiménez, abogado empresarial, precisa:

“Qué bueno que aborde el tema, porque, en efecto, se han multiplicado las clausuras sin justificación y, como usted lo apunta, son ilegales porque el Distrito Federal no existe jurídicamente. La colocación de sello tiene el tufo de la extorsión y hay quienes como propietarios de inmuebles o comercios prefieren “’negociar” -entiéndase entregar beneficios a los colocadores o actuarios que dan ‘legalidad’ a lo ilegal- para avanzar en sus operaciones. Felicidades por descorrer el velo de este penoso asunto”.

José Luis Córdoba dice:

“Los colocadores de sellos se hacen acompañar por funcionarios de las alcaldías para entrevistarse con quienes sean responsables del inmueble, el predio o el comercio y antes de colocarlos ‘informan’ de las causas por las cuales se suspende o clausura el sitio. No existen elementos para mantener la denominación de Distrito Federal, porque al no existir y haber cambiado de nombre por Ciudad de México, y el nombre está en el texto de la primera Constitución de la capital del país, colocarlos no tiene valor jurídico, pero se las ingenian -los funcionarios- para que se mantengan a toda costa salvo…usted entiende”.

Gracias por sus comentarios. Dan luz y confirmar la opinión publicada en Misión Política en el sentido de la ilegalidad.

En lo particular, no hay interés alguno en defender o no a quienes les clausuran sus inmuebles o negocios. El caso de la Ciudad de los Deportes, en donde en un mismo día se sellaron todos los accesos a la Plaza de Toros México y el Estadio Azul, en éste estaba programado un partido de futbol, si la memoria no es traicionera, entre Cruz Azul y América, por supuestas violaciones de a la reglamentación de “protección civil” para espacios en los se realizan eventos deportivos, de espectáculos o fiestas privadas.

Al alcalde Luis Mendoza, militante del PAN que logró que su partido conservara el gobierno de la Benito Juárez se le hizo bolas el engrudo cuando trato de explicar la colocación de sellos de clausura.

Por un lado, argumento las “múltiples quejas de los vecinos” por la invasión de espacios públicos que utilizan como estacionamiento y por la falta de medias de seguridad para garantizar la estadía de los asistentes.

Lo de las quejas puede ser cierto, en parte. Sin embargo, no es ahora cuando se invade la zona cuando hay corridas de toros, espectáculos artísticos o partidos de futbol. Ha sido durante 50 años -desde la inauguración del complejo- que se registra lo que no es fenómeno. Quizá el alcalde debería autorizar estacionamientos.

En este espacio plural, que no responde a intereses políticos de ninguna especie, se intenta que, aunque intenten desaparecerlo, se mantenga el Estado de Derecho y el respeto hacia los asistentes a eventos a quienes les cierran las puertas sin previo aviso y los dejan con los boletos comprados. 

Además, presuntamente primero se debe investigar si hay o no violaciones para colocar los sellos y no hacerlo sin documentos y sellos del pasado.

Coloquen los que diga “… por violaciones al reglamente -x- de la Ciudad de México”.

¿Es mucho pedir?

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