En Opinión De...

   En opinión de Ricardo Aguirre Cuellar  
 Semillero  

Estimado amigo; la estrategia de seguridad qué Sheinbaum presentó este martes, no pasa de ser más de lo mismo, que si bien ya no hace mención a los abrazos y no balazos textual, como lo hacía su tutor y decidor, si lo hace de forma tangensial, pues se basa en la misma premisa relacionada atender las causas, de manera que bajo esta perspectiva, la pobreza es la causa de la criminalidad, luego entonces acabando la pobreza se acaba con la delincuencia. Lo que es absolutamente falso pues infiere que sólo los pobres, son delincuentes y criminales. 

Es cierto que hay que acabar con la pobreza, pero eso no significa que se acabe con la criminalidad, pues el fenómeno delictivo no se presenta sólo en sociedades paupérrimas, sino que es producto de la descomposición social, que genera primordialmente la impunidad, es decir la nula reacción de la autoridad por someter a quien infringe la ley, lo que provoca el círculo vicioso del delito y sus consecuencias. 

Así entonces mientras tengamos instituciones débiles y corruptas el fenómeno delictivo no se va reducir y menos acabar. 

Con policías municipales y estatales miserablemente pagados y ministerios públicos corruptos, los resultados seguirán siendo los mismos. 

Insistir en una premisa que de suyo es un fracaso, inevitablemente nos lleva a otro fracaso. 

El anterior desgobierno presumió que había sacado a casi cinco millones de mexicanos de la pobreza y sin embargo los índices delictivos no se redujeron en la misma proporción, al contrario se incrementaron brutalmente, llegando a cifras espeluznantes de 200 mil homicidios  en sólo un sexenio y ha 51 mil desparecidos y a un sin número de delitos de alto impacto, como el secuestro, el robo con violencia y la extorsión que evidentemente echan por tierra la falsa premisa de que combatiendo las causas se reduce el crimen,  cinco millones de conciudadanos salieron de la pobreza y nada absolutamente nada cambio y así hubieran salido quince o veinte, el resultado sería el mismo. 

Pues la actividad delictiva va íntimamente relacionada con el costo beneficio. 

Y si hay cincuenta o sesenta o más organizaciones criminales dedicadas a cometer toda clase de crímenes, el costo de su empresa criminal es mínima y los beneficios sumamente altos y atractivos, que reducen el riesgo, no en balde se han extendido no nada más al narcotráfico o al tráfico de personas, sino que ahora están en el robo de combustible o al transporte o a la extorsión tanto a comerciantes, como empresarios que agricultores, chicos y grandes, pobres o ricos, pues las facilidades para la comisión de un delito son muchas y su punibilildad es francamente cero. 

Luego entonces el problema criminal no está en la pobreza, que dicho sea de paso ya es endémica en nuestro país. 

Pero la cifras y el horror criminal nunca se habían visto hasta este siglo.

Donde los pobres siguen siendo pobres y ahora tienen que cargar además con la culpa. Como escuela de criminales. Lo que me parece estimado amigo la estigmatización de la pobreza. 

Una perniciosa justificación para ocultar el mayor y más grave fracaso. Que es la impunidad, asociada a la ineficiencia, ineficacia y sobre todo a la corrupción. 

Así entonces la mentada y tan cacareada estrategia en seguridad nace muerta y más porque el segundo eje se refiere a la consolidación de la Guardia Nacional, lo que nos lleva a suponer que en casi seis años la Guardia Nacional no paso de ser una entelequia desarticulada con nulos resultados, que necesita otros seis años para su consolidación. 

Y lo vemos en la actuación de los miembros de la GN que carecen de las mínimas herramientas para desempeñarse como policías y ahora hasta investigadores los quieren hacer, cuando ni siquiera saben actuar como primer respondiente, ni redactar un informe homologado, ni mucho menos conservar y preservar las evidencias y su cadena de custodia. 

Lo que lleva a los jueces a verse obligados a dejar en libertad a un sin número de delincuentes. Y claro al final son los culpables. 

En fin no porque la GN ahora forme parte de la Sedena, su eficiencia será mayor. Pues de hecho ya lo estaba y sus éxitos fueron casi nulos. 

En suma. Mientras no se reconozca que el problema es la corrupción y la infiltración de la delincuencia en todos los estratos sociales y políticos que nos han afectado como nunca, el fenómeno criminal no se controlará. 

Y menos si no hay una inversión multimillonaria en este sexenio de recursos para crear policías municipales y estatales que estén bien pagadas y mejor equipadas y sobre todo bien formadas y capacitadas con sentido de pertenencia y con facultades de investigación y con ministerios públicos profesionales y profesionalizados, con altos estándares de compromiso social y ético, el delito seguirá creciendo exponencialmente. 

La delincuencia es como las plagas de ratas, sino se les combate adecuadamente, saltan en las mesas de comida y en todo lugar como lo hacen ahora. 

Suponer que cerrando brechas y generando oportunidades se reduce la delincuencia, es suponer que en Suiza o Dinamarca no hay criminales. 

El crimen existe en toda sociedad actual al igual que las ratas, sólo que están contenidas. O sometidas a las cañerías y al submundo social. 

Por cierto, el más claro ejemplo de costo beneficio delincuencial lo podemos ver en la sentencia bíblica de que en arca abierta hasta el justo peca. 

Y nuestro país ha sido per se un arca abierta. De impunidad y desprecio por la legalidad. Que queremos cerrar, echando la culpa a los más débiles. Como a los pobres como semillero de delincuentes.

Entre paréntesis; ahora resulta que quien vaya a buscar un puesto de juez, magistrado o ministro lo hará con sus propios recursos, es decir tendrá que invertir en su campaña para ganar las elecciones. Dicho de otra manera, el más trompudo tragará más maíz. O el que tenga más saliva tragara más pinole. 

Así que, si alguien tiene algunos billullos de más, puede comprarse una judicatura y después hay se repone. 

Ya subastando la justicia o ya vendiéndola. 

Pues de alguna manera tendrá que sacar lo que invirtió y no va ser con el sueldo rebajado que en adelante tendrán los jueces, magistrados y ministros y los de los poderes judiciales locales. No que va. Eso será pa las propinas. 

Es lo que los arrastrados lacayos eunucos legisladores de esa cosa llamada morena y sus rémoras aprobarán en fast track esta semana. Y que propone Sheinbaum en sus leyes reglamentarias. 

Esta mal llamada reforma judicial cada vez se pone peor. 

Y todavía hay ingenuos que piensan que la judicatura nacional se va moralizar, con semejantes argumentos. 

De no creerse. 

Y si no tienes la lana, no te preocupes siempre estarán los criminales prestos apoyarte o un movimiento político llamado morena para que sirvas a modo. 

Esto es la crónica de un desastre anunciado. 

Esta es la clara imagen de una nación fallida o que está punto de claudicar. 

Toda una locura. Una reforma que sintetiza todos los vicios que se quieren supuestamente erradicar. 

Corrupción a la N potencia. 

No lo crees así estimado y fino amigo.

PD terrible la actitud de Sheinbaum ante la decapitación del alcalde de Chilpancingo Alejandro Arcos. 

Un crimen que no movió la rigidez de una mujer que carece de empatía. 

Otro ejemplo de intolerancia y de superioridad moral. 

Pues siendo contrario a su credo político el alcalde. No merece ninguna conmiseración. 

Lo que no es sorprendente pues ya lo habíamos visto en el caso de las víctimas de la línea 12 del Metro. Y en otros casos. 

PD2. Pero que tal con el perdón a las víctimas del 68 y su mitología?  

Lagrimas de cocodrilo.  O mujer de dos caras o tres??

Una entrega de Latitud Megalópolis para Índice Político

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