Sequías Generan Crisis en Hidroeléctricas Mexicanas

Enfrentando las crudas realidades del cambio climático, las sequías persistentes en México han desencadenado una preocupante disminución en la generación de las plantas hidroeléctricas del país, revelando impactos significativos tanto en la matriz energética como en los compromisos ambientales internacionales.

Según un informe reciente de la Agencia Internacional de Energía (IEA), las sequías que han azotado a México en los últimos años llevaron a que, en 2023, las plantas hidroeléctricas redujeran su generación en un alarmante 47% en comparación con el año anterior. Este fenómeno, lejos de ser simplemente una estadística, ha tenido consecuencias profundas que afectan a la nación desde múltiples perspectivas.

El informe señala que esta disminución en la generación hidroeléctrica ha obligado a recurrir a fuentes de energía más costosas, como el gas natural, contribuyendo así a un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto no solo impacta negativamente en la economía, sino que también afecta directamente la capacidad de México para cumplir con sus compromisos internacionales en materia de mitigación del cambio climático.

El panorama es aún más desafiante en un contexto de aumento constante de la demanda eléctrica en el país tras los estragos de la pandemia de Covid-19. La energía hidroeléctrica, que constituye aproximadamente el 40% del suministro de energía renovable de México, se ha visto gravemente comprometida por las sequías prolongadas que han afectado su disponibilidad.

Según el informe «Electricidad 2024, Análisis y Previsión a 2026», las sequías de varios años han afectado negativamente la capacidad de las plantas hidroeléctricas para operar de manera óptima. Estas instalaciones, que desempeñan un papel crucial en la generación durante la temporada alta de verano y proporcionan flexibilidad y respaldo en momentos de interrupciones de otras fuentes, se han convertido en víctimas de la imprevisibilidad climática.

La IEA subraya que México no está solo en esta lucha, ya que la caída en la generación hidroeléctrica es un fenómeno global. Países como Canadá, Estados Unidos, China, India y Turquía también han experimentado consecuencias similares durante 2023, destacando la vulnerabilidad general de la producción hidroeléctrica a los patrones climáticos cambiantes.

Con la demanda de electricidad en México proyectada a mantener un crecimiento estable del 2.5% en el período 2024-2026, las autoridades enfrentan el desafío de equilibrar el suministro energético, cumplir con los compromisos ambientales y garantizar la estabilidad económica.

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