En opinión de Edgar González Martínez
Son tiempos difíciles, pero no hay que perder el optimismo
LOS CAPITALES
Por EDGAR GONZALEZ MARTINEZ
La mayoría de los empresarios, trabajadores y organismos sociales entrevistados por este reportero, coincidieron en señalar que todo comienzo de año es conflictivo, pero este más, como atinadamente lo señala Consultores Internacionales, principalmente por “la combinación de factores internos y su interacción con un contexto global complejo, así como con una relación bilateral con nuestro socio comercial que sin duda será conflictiva”, factores que han sido decisivos en la construcción de las perspectivas económicas para 2025.
En el contexto global, el consenso apunta a que el PIB mundial se ubicará alrededor del 2.6% en 2024 y en torno al 2.7% en 2025; un desempeño que no admite otro calificativo que mediocre. Y peor aún es que no obstante el relajamiento de la política monetaria de EU y de México, ambos gobiernos aceptan que las perspectivas para la inflación, son peores para este año. En el ámbito de la geopolítica, los conflictos en Europa del Este y Oriente Medio continuarán generando incertidumbre. La latente amenaza de una escalada en las posturas beligerantes de las naciones en conflicto y sus potenciales repercusiones en los mercados de insumos, materias primas y energéticos, mantienen estabilidad frágil política global e incluso podrían exacerbarse al añadir en la ecuación el factor Donald Trump.
Nadie pone en duda que el resurgimiento del proteccionismo y el incremento de las tensiones comerciales perturbarán las cadenas de suministro, elevando los precios mundiales de los commodities, lo que amenaza directamente el crecimiento económico. Al respecto, Consultores Internacionales señala: “en cuanto a nuestro país, la situación es tanto o más compleja. Los escenarios internos y externos son poco optimistas. En el primer caso, la continuidad en la política económica del régimen gobernante —que hemos denominado “populismo de Estado”— ha desequilibrado las condiciones propicias para incentivar la inversión y el consumo. La inversión pública carece de orientación productiva y el gasto social con tintes políticos ha mermado las finanzas públicas. Nuestra perspectiva de crecimiento para 2025 se ubica entorno del 1.5%”.
En el exterior, la situación no es más halagüeña, especialmente con la previsible y francamente hostil postura que mantendrá el nuevo gobierno de Estados Unidos respecto a nuestra relación bilateral. Una guerra de aranceles no favorecerá a ninguno de los dos países; sin embargo, el impacto negativo sobre la economía mexicana será mayor debido al grado de dependencia no solo del comercio sino también de las inversiones. Y ni que decir del otro conflicto, de la política migratoria de EU. La anunciada expulsión masiva de migrantes indocumentados puede de alguna manera afectar el flujo de remesas a nuestro país; perder esa fuente de ingreso sería de gran impacto. Así, es momento de cerrar filas en torno a nuestro país y, sobre todo, ver el futuro con optimismo: Feliz Año 2025..
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