Con silencio y mentiras el ganso valida atrocidades de dictadores que desea emular y liderar / En opinión de Miguel A. Rocha Valencia

Redacción MXPolítico.-Con sus acciones y omisiones el mesías tropical muestra que es un aspiracionista pero de dictadorzuelo bananero, de gobernar autocráticamente al país, encerrar a sus “adversarios” y críticos y si es posible, confiscarle todos sus bienes, quitarles la nacionalidad, convertirlos en traidores a la patria y su fuera posible, expulsarlos de territorio nacional.

Por eso condecora a sujetos como el dictador cubano Miguel Díaz Canel, defiende al venezolano Nicolás Maduro, justifica encarcelamientos, expulsiones y confiscaciones del vil traidor a la revolución sandinista de 1979, Daniel Ortega y guarda cómplice silencio ante la violación de los derechos humanos en esas tres naciones, donde se solidariza con los gobernantes autócratas y no con los pueblos que sufren la represión.

Además, si niega a repudiar la invasión rusa a Ucrania y se atreve a criticar a los países que acuden en auxilio de ese país mártir del comunismo de otras décadas que generó oligarquías como lo que se forma en México con Morena, violenta las libertades y derechos e impone por la fuerza su “ley” como quisiera hacerlo el caudillo macuspano en México.

Para ello, estimula la división en nuestro país donde pretende una lucha de clases donde el “pueblo bueno” sea pobre, dependiente de las dádivas de gobierno, sin una alta productividad que genere nuevas clases medias y menos aún acomodadas.

Por eso busca lo contrario, empobrecer a los mexicanos, dependientes de un “papá gobierno” al que ya no le alcanza para dar el gasto a pesar de exprimir a quienes trabajan y se esfuerzan por tener más, ser mejores, vivir bien. A estos, los detesta, ofende y critica porque son el valladar que impide imponer su proyecto de país.

En vez de asumir posiciones condenatorias contra esos regímenes los solapa y financia a través de la “donación” de dinero en efectivo, medicamentos, comida y hasta “asesores” de la 4T de los cuales se ríen los tiranos pues ellos ya tienen muchos años de haber alcanzado sus metas subliminando la explotación de la élite izquierdosa que se enriquece a costa del esfuerzo de los pocos que aún producen y se niegan a caer en la miseria.

De ahí que sólo se “solidarice” con los poco más de intelectuales y opositores nicaragüenses a quien el traidor a Edén Pastora, a ese que oímos a las faldas del volcán de Masaya arremeter contra la dictadura de la que se volvió dueño.

Una transformación como la del profeta cuatrotero cuyo discurso fue instituir procesos democráticos para elegir a las autoridades y hoy que existen, pretende destruir los puentes por los cuales accedió al poder para impedir que otros los crucen. Por eso debe acabar con el INE, con las instituciones que garantizan a los mexicanos una democracia que parece extinguirse todas las mañanas con los discursos de odio, confrontación, mentiras y acusaciones infundadas.

Hoy se utiliza el caso de Genaro García Luna como ejemplo de corrupción y pretenden con los testimonios de delincuentes detenidos por el hoy enjuiciado, condenar a Felipe Calderón, el odiado enemigo del ganso.

Olvidan esos corifeos del actual enano del tapanco que aquél, no soltó a un delincuente, no reclamó la libertad y repatriación de un divisionario sospechoso de lo mismo que García Luna, que en sus filas hay delincuentes comprobados, que el presidente de Morena recibió recursos del crimen organizado para campañas, que en este sexenio ya van más de 145 mil asesinatos en una “no guerra” que promedió acabar asumiendo el cargo. Ya pasaron más de cuatro años y las masacres siguen, aunque se ría y grazne que son un mito.

Hoy la gente se muere más joven. El sobre fallecimiento de mexicanos por falta de atención médica, fármacos, tratamientos o estudios es mayor que en toda la historia del neoliberalismo. Se olvidan que hoy los criminales participan activamente en las elecciones con asesinatos, secuestros y amenazas, y se les agradece por ello que por eso hoy ocupan posiciones políticas dentro del gobierno federal y estatales, en congresos y alcaldías.

Que sin guerra, los delincuentes se apoderaron de casi de la mitad de territorio nacional donde sojuzgan con violencia a comunidades enteras, las “rentean” con cobros de piso y de paso, se apoderan de cadenas de producción, comercialización de alimentos básicos, cosechas, combustibles, y hasta realizan “levas” para incrementar sus ejércitos de sicarios.

Claro, la meta no es acabar con la miseria, la violencia o hacer de México un país pujante, con instituciones democráticas sólidas. No, busca el caudillo lo contrario, pero está difícil que lo logre, hay muchos mexicanos con aspiraciones de crecimiento y desarrollo, de paz y sobre todo una vida de libertades.

Todos esos dictadorzuelos están cortados por la misma tijera y sus pueblos en el abandono.

Los comentarios emitidos en esta columna son responsabilidad de sus autores y no refleja la posición del medio.

Botón volver arriba