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   En opinión de Francisco Rodríguez  
 “El Mayo” ya canta; AMLO en riesgo de caer  

ÍNDICE POLÍTICO

FRANCISCO RODRÍGUEZ

Usted lo sabe: En Colombia, “sapo” es la palabra que designa a los desertores o arrepentidos. En nuestro ámbito, Ismael Zambada (a) El Mayo, preso en una cárcel de mediana seguridad en El Paso, Texas, es ya el líder de esa suerte de batracios, ¡pues está “croando! para beneplácito de una audiencia integrada por representantes del gobierno estadounidense que, paulatinamente, han goteado letra y música de esa fábula a las dizque autoridades mexicanas.

El croar del capo di tutti capi sinaloense no es gratuito. Se sabe cercano a la muerte. Y negocia con los estadounidenses inmunidad para sus familiares más próximos, lo mismo que la no incautación total de su mal habida fortuna calculada en más de los 14 mil millones de dólares, cantidad ésta que han divulgado los medios internacionales. Pero, es más. Mucho más.

En estos momentos, de acuerdo con fuentes confiables, la tajada que Zambada quiere resguardar para los suyos oscila entre el 20 y el 40 por ciento del total de los miles de millones de billetes verdes acumulados durante el casi medio siglo en el que dedicó su vida a las actividades criminales.

Los porcentajes, por supuesto, se van ajustando al ritmo de lo que El Mayo “canta”.

Sus primeras estrofas, me revelan, apuntan a policías municipales y estatales, lo mismo que a militares de mínima gradación.

Así, a medida que va obteniendo un porcentaje mayor al 20 que le fue inicialmente ofrecido va elevando la mira y dando más nombres de políticos y empresarios que le ayudaron a amasar esa enorme cantidad de bienes inmuebles, inversiones y toneladas de billetes.

Andrés Manuel López Obrador sabe que su suerte está echada, si es que El Mayo consigue alcanzar el 40 por ciento de su riqueza para los suyos.

Porque, indefectiblemente, luego de que el capo dé los nombres de exgobernadores y mandatarios estatales en activo, de altos mandos de la milicia, de las fuerzas navales, de más empresarios, llegará a los primeros mandatarios que, por omisión o comisión, le permitieron actuar a sus anchas en cuanta actividad criminal le viniera en gana: siembra y tráfico de enervantes, asesinatos, masacres, secuestros, extorsiones…

Y con sus estrategia de “abrazos y no balazos”, con su terquedad de no ir tras los principales cabecillas de la delincuencia, con sus frecuentes visitas a Badiraguato, con la ayuda electoral que el crimen organizado ha brindado a Morena… AMLO sabe que él va a estar en el primer lugar de aquellos a los que el oriundo de Sinaloa mencione.

Vacuna contra la extradición

López Obrador teme correr la suerte del hondureño Juan Orlando Hernández quien, al término de su mandato, fue extraditado a territorio estadounidense porque “supuestamente se asoció con algunos de los mayores traficantes de cocaína del mundo para transportar toneladas de cocaína a través de Honduras a los Estados Unidos”, de acuerdo con el Departamento de Estado de aquel país.

Así que en el muy probable caso de que esa situación se diera, AMLO se vacuna con diatribas y cacayacas hacia el gobierno de Washington y de Ken Salazar, su embajador en México, preparando anímicamente al “pueblo bueno y sabio” para que se levante en su defensa.

Apenas este jueves, tras ya casi una semana de críticas al gobierno de Joe Biden, en su matiné llena de insultos y descalificaciones arremetió contra las autoridades del vecino país, a quienes advirtió que no es de buenos vecinos inmiscuirse en asuntos de carácter interno.

¿Su complicidad con los delincuentes sólo corresponde juzgarlo a los mexicanos? ¿Para no violar la soberanía nacional?

Ya lo hemos comentado aquí. Hay antecedentes de esa connivencia, previos a la llegada al poder presidencial de López Obrador.

De acuerdo con indagatorias de la DEA, que “por razones políticas” fueron detenidas por el Departamento de Justicia, por entonces bajo las órdenes de Barack Obama, AMLO habría recibido dinero negro del narco –hasta en billetes de 20 dólares– antes, durante y después de sus campañas presidenciales de 2006 y de 2012.

Queda la duda de si también le habrían entregado sobornos en la del 2018, misma en la que resultó ganador. Ya se sabía el caminito, como decimos comúnmente.

¿Será que por todo lo anterior son constantes las visitas de funcionarios del área de seguridad de la Casa Blanca que viajan a México para sostener largas reuniones con López Obrador en Palacio Nacional?

Antony Blinken, secretario de Estado de Joseph Biden, por ejemplo, ya le deberían de dar tarjeta de visitante frecuente. Hasta lo hicieron venir por tercera ocasión después de la Navidad de 2023, poco antes de que diera inicio este 2024, mientras lo requerían para atender asuntos relativos a las guerra de Ucrania e Israel, sin duda temas más importantes que el migratorio, como se justificó su presencia en el Zócalo.

¿Correrá AMLO la misma suerte del panameño Manuel Antonio Noriega y del hondureño Juan Orlando Hernández?

¿O será por algunos de sus hijos de quienes se dice existen videos recibiendo dinero del narco?

¿Cuál será la suerte de AMLO tras dejar Palacio Nacional e irse a “La Chingada” luego de que El Mayo cante?

México ya es visto en el mundo como una narcodemocracia que se dirige al narcosocialismo.

Y a ello contribuye la complicidad con los criminales de la fallida Administración actual que, todo así lo indica, seguirá con Claudia Sheinbaum cuando ocupe el Palacio Nacional.

La relación narco – Morena es biunívoca.

Indicios

De El Mayo Zambada bien podría decirse que ha sido el hombre que cambió el destino de México. Responsable de un enorme número de asesinatos: El narco que logró hacer de México el centro de donde irradia el mercado mundial de coca y, ahora también, de fentanilo. Desde antes de su captura suscitaba tanta admiración y respeto, por lo que AMLO se ha referido siempre a él como “el señor Zambada”. Los medios de comunicación han dicho que logró engañar a un gobierno profundamente despreciado. Frente a un Estado fallido, que no logra satisfacer las necesidades básicas como salud y educación, los traficantes de drogas que ayudan a construir escuelas y hospitales terminan siendo visto por muchos como santos patrones. Por tal es que Forbes no sólo los enlista entre los más ricos del planeta. También entre los más influyentes. * * * Por hoy es todo. Reconozco que haya leído hasta estas líneas del Índice Político. Y como siempre le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!

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