La NASA lanza un innovador satélite sobre el cambio climático

Un pequeño satélite de la NASA fue lanzado el sábado desde Nueva Zelanda con la misión de mejorar la predicción del cambio climático midiendo por primera vez el calor que se escapa de los polos de la Tierra.

«Esta nueva información (y nunca la habíamos tenido antes) mejorará nuestra capacidad para modelar lo que está sucediendo en los polos, lo que está sucediendo en el clima», dijo la directora de investigación de ciencias terrestres de la NASA, Karen St. Germain, en una conferencia de prensa reciente.

El satélite, del tamaño de una caja de zapatos, fue lanzado por un cohete Electron, construido por una empresa llamada Rocket Lab, que despegó de Mahia, en el norte de Nueva Zelanda. La misión general se llama PREFIRE.

Posteriormente, la empresa lanzará su propio satélite similar.

Servirán para realizar mediciones infrarrojas muy por encima del Ártico y la Antártida para medir directamente el calor que los polos liberan al espacio.

«Esto es fundamental porque en realidad ayuda a equilibrar el exceso de calor que se recibe en las regiones tropicales y realmente regula la temperatura de la Tierra», dijo Tristan L’Ecuyer, investigador de la misión afiliado a la Universidad de Wisconsin, Madison.

«Y el proceso de llevar el calor de las regiones tropicales a las regiones polares es en realidad lo que impulsa todo nuestro clima alrededor del planeta», añadió.

Con PREFIRE, la NASA pretende comprender cómo las nubes, la humedad o el derretimiento del hielo en agua afectan a esta pérdida de calor de los polos.

Hasta ahora, los modelos que los científicos del cambio climático utilizaban para medir la pérdida de calor se basaban en teorías más que en observaciones reales, afirmó L’Ecuyer.

«Con suerte, podremos mejorar nuestra capacidad para simular cómo será el aumento del nivel del mar en el futuro y también cómo el cambio climático polar afectará a los sistemas meteorológicos de todo el planeta», añadió.

Los satélites pequeños como éste son una forma de bajo costo de responder preguntas científicas muy específicas, afirmó St. Germain.

Los satélites más grandes pueden considerarse «generalistas» y los pequeños «especialistas», añadió.

«La NASA necesita ambas cosas», dijo St. Germain.

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