La Espinita
Andy S. K. Brown
López Obrador, vengativo
¿Reconciliación en la 4T?
Y la violencia que no cesa
El espectáculo mañanero del viernes reciente contó con la presencia, como siempre, del showman AMLO quien esa vez tuvo como patiño al director general de Pemex, el agrónomo Romero Oropeza.
¡Qué patético espectáculo!
Virulentos, ambos se lanzaron en contra de una ciudadana que ha evidenciado y documentado las grandes, enormes corruptelas del gobierno federal y de Petróleos Mexicanos.
Los dos, López y Romero, babeaban de placer al tiempo que destilaban veneno al ordenar que su publicara en las páginas del gobierno de la República el expediente de la muerte del esposo de María Amparo Casar, ¡de hace 20 años! Sí. Con todo y los datos personales de su víctima y los de su hija, quien por entonces era menor de edad.
AMLO no respeta las mínimas normas de convivencia social y política. No se atreve a vengarse de aquellos a quienes considera más fuertes que él –los hay–, pues considera que hacerlo es una locura.
El tabasqueño es peligroso cuando sus venganzas van dirigidas a quienes él cree que están en su mismo nivel.
Pero es vil, muy vil, vengarse de quien es más débil.
Vileza es lo único que le faltaba a ese raro espécimen que es López Obrador.
* * *
Un guiño de cordialidad fue el que Claudia Sheinbaum envió el sábado al vocero presidencial Jesús Ramírez.
Sabido es que el funcionario que habla al oído de AMLO –siempre para intrigar y destruir, nunca para proponer– fue uno de los más activos opositores de la candidata presidencial cuando ella quería a Omar García como aspirante formal al gobierno de CDMX.
La herida estaba abierta. Pero el sábado, le decía a usted, Sheinbaum intentó bienquistarse con Ramírez, al rendir ella un homenaje al desaparecido Carlos Monsiváis quien ese día hubiese cumplido 84 años.
Buen intento de Claudia.
Falta saber si Jesús asimiló el mensaje.
* * *
La violencia verbal de AMLO tiene sus repercusiones en la violencia que ya ha sentado sus reales en el país.
Violencia de la cual son presas los ciudadanos, pero también quienes aspiran a ocupar un cargo político.
Muy seguramente esta mañana se darán a conocer las cifras de homicidios registrados el fin de semana.
Y verá usted que sobrepasarán con mucho al centenar, como ha venido ocurriendo en fechas recientes.
En lo electoral, empero, ya hay hechos cuantificables:
El ataque a la residencia del candidato aliancista al gobierno de Puebla, Eduardo Rivera, que dejó personas lesionadas.
En Yucatán, en el municipio de Chankom se registró una golpiza a morenistas el viernes por la noche cuando una caravana guinda realizaba campaña política a favor del candidato a Alcalde, Manuel Castro. Un joven resultó muerto.
En Chiapas, Juan Gómez Morales, quien busca reelegirse como alcalde de Benemérito de las Américas por el partido Chiapas Unido, fue atacado el viernes por hombres armados cuando viajaba en un convoy de tres vehículos en un tramo carretero que conduce a La Trinitaria, en la Selva Lacandona. En la agresión murieron el hijo del aspirante, Jimmy Gómez, y Mauro Hernández, candidato a regidor del mismo partido, mientras que tres personas más resultaron lesionadas.
Más los que se acumulen en estos días.
@AndySKBrown1
