Moneda sudamericana / En opinión de Jessica Woolrich

DE LINDES

Redacción MX Político.- Cuando en Europa se empezó a planear la implementación del euro como moneda única, algunos economistas creyeron que aquello era un disparate, pero muchos otros vieron que aquello podía ser una buena posibilidad ya que las economías europeas en general eran estables y no había muchas diferencias entre las unas y las otras. Si bien para algunos países sería más complicado que para otros, los gobiernos confiaron en que el proyecto se podía lograr, y se logró.

Sin embargo, cuando el domingo 22 de este mes, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, y el presidente de Brasil, Luis Inacio Lula Da Silva, dieron a conocer que buscarían la forma de crear una moneda única para ambos países, economistas de todo el mundo, declararon que aquello no era más que una locura que no podría llevarse a cabo, tanto por temas políticos y económicos entre otros.

Simplemente porque la región no está preparada y no tiene la suficiente estabilidad y capacidad para sostener esto, ya que no es nada más decir ahora cambiaremos a este tipo de moneda, sino que se requieren ciertas condiciones como movilidad laboral y de capitales, márgenes fiscales amplios para encarar las transacciones, y sobre todo que las economías estén en una situación similar, lo cual hoy está lejos de ser una realidad, ya que aun cuando Brasil y Argentina son las dos economías más fuertes de América del Sur, Brasil hoy tiene una economía mucho más fuerte y sólida, sobre todo si se toma en cuenta que por ejemplo; la inflación brasileña en el último año fue de tan solo 5.8%, mientras que la Argentina es de 94.8% , así también 1 peso de este país vale tan solo 0.0054 dólares estadounidenses, y 1 real Brasileño vale 0.19 dólares, lo que evidencía que hoy por hoy la economía liderada por Alberto Fernández, no se encuentra posibilitada de sincronizarse con Brasil para poder establecer una moneda única.

Si bien la idea de fortalecer los lazos comerciales y económico entre ambas naciones es algo muy favorable, no solo para los dos países, sino para la región en general, hay proyectos que solamente pueden darse con el tiempo y con una buena planeación y análisis, porque por mucho que se quiera que América Latina se convierta en una potencia y que todas las naciones cooperen y fortalezcan sus lazos y acuerdos, la realidad es que aún hay un gran camino por andar, y ni un paso se debe de saltar porque como en su momento bien lo dijo el poeta Benjamín Griss, “Los pasos no tienen que darse rápido, sino firmes”.

JESSICA WOOLRICH

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