A seis días del impacto devastador del huracán Otis en Acapulco y varios municipios de Guerrero, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) visitó el puerto de Acapulco esta tarde para liderar una reunión crucial sobre la segunda etapa del plan de reconstrucción de la ciudad, el cual se dará a conocer durante la conferencia de prensa matutina del miércoles.
La visita de AMLO marca su tercera aparición en la zona desde el paso del huracán, que dejó un rastro de destrucción y tragedia. Durante este tiempo, el presidente ha enfrentado fuertes críticas por su respuesta a la crisis. Ha sido criticado por su manejo de la situación y sus declaraciones que minimizan la magnitud de la tragedia.
La gobernadora Evelyn Salgado, en una conferencia de prensa matutina, proporcionó cifras inquietantes sobre las consecuencias del huracán, incluyendo 46 personas fallecidas, 58 desaparecidas y 214 localizadas. Sin embargo, otras autoridades, como la Comisión Nacional de Protección Civil, han emitido cifras divergentes, lo que ha contribuido a la confusión pública.
La falta de respuesta efectiva a la crisis y la percepción de que la atención a los damnificados ha sido insuficiente han intensificado la presión sobre el presidente. Los informes de saqueos y actos de rapiña en la zona, así como los relatos de pobladores desatendidos, han generado descontento en la población.
La investigadora Claudia Benassini Félix de la Universidad La Salle señala que el presidente debería enfocarse en atender a los damnificados en lugar de retórica política. «Creo que hay una polarización entre la presentación de la poca atención que han recibido los damnificados y una minimización de lo que está sucediendo con la ayuda», explicó.
La investigadora también destacó la falta de una estrategia de información efectiva y llamó la atención sobre la necesidad de una comunicación clara y confiable para guiar las acciones de los ciudadanos en medio de la crisis.
