Se hunde Tuxtepec en desapariciones e inseguridad

Redacción Oaxaca Político / El Universal.- A Juan de Dios y Rodrigo se los llevaron policías estatales de Oaxaca el 19 de octubre de 2013, a mitad de un viaje para visitar a su papá, que vivía en Acatlán de Pérez Figueroa, en la Cuenca del Papaloapan. Nunca más se supo de ellos.

Lo último que se sabe es que cruzaron la carretera federal 150 que une a Córdoba con Oaxaca, a través del Paso de Amapa. Bajaron a la zona rural  del municipio oaxaqueño y estuvieron detenidos tres días en algún lugar en la zona fronteriza.

Elvira Gómez, su madre, lo buscó durante dos años en las comunidades de Monte Oscuro, Estación Refugio, Vicente Camalote y Cosolapa, Oaxaca, así como en Tezonapa y Motzorongo, Veracruz. Fue hasta 2015 cuando encontró el rastro de lo que ella cree que fueron los últimos momentos de sus hijos, de 17 y 19 años.

Ambos jóvenes vivieron desde niños en la frontera de Oaxaca y Veracruz, que lleva muchos años tragándose personas en los cañales.

“Tenemos reportes de carpetas desde 2018 que no se les ha dado el seguimiento adecuado, como debería ser por parte de  ministerios públicos, al grado que a veces ni ellos saben dónde están o cuál es el número”, dice a EL UNIVERSAL Pablo Chávez Zavaleta, coordinador de la Comisión Regional de Derechos Humanos Mahatma Gandhi.

Carpetas perdidas

Los familiares de los desaparecidos sufren revictimización y negligencias en la Vicefiscalía Regional de la Cuenca, señala Chávez Zavaleta, pues sus expedientes pasan por tantos ministerios públicos que terminan por violar el debido proceso y perder las carpetas de investigación. 

La comisión, única organización especializada en derechos humanos en Tuxtepec desde hace más de 30 años,  lleva denuncias de casos de desaparición que se han empantanado y los familiares optan por abandonar el proceso; también hay quienes no denuncian porque no confían en la impartición de justicia en el estado, señala.

El activista dice que existe un “fenómeno de desaparición de carpetas de investigación” por la falta de organización administrativa y el poco presupuesto. 

“La Vicefiscalía debería establecer protocolos en temas graves como desapariciones, desapariciones forzadas, violencia familiar, secuestro, violaciones sexuales a menores, delitos graves, para darles atención prioritaria”, abunda.

“Legalmente no debería ocurrir el tema de la desaparición de carpetas, pero eso está pasando y también está atravesado por problemas de corrupción y abuso a personas indígenas o de escasos recursos”.

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Pegando fotografías

La primera vez que hablé con Elvira Gómez fue en noviembre de 2017, cuando llegó a Tuxtepec en la Caravana Internacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas, que recorría los municipios de la Cuenca en el momento en que la zona se encontraba entre los 50 municipios más violentos de México, por el alto índice de asesinatos en vía pública y homicidios dolosos, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). 

Su búsqueda no ha  cesado desde entonces, ella continúa pegando las fotografías de Juan de Dios y Rodrigo en los municipios fronterizos. 
El 14 de enero de 2021, Elvira fue secuestrada cerca de su casa en Tierra Blanca, Veracruz. 

Cuatro hombres armados y encapuchados la tiraron de la moto cuando iba con una de sus hijas y se la llevaron. La liberaron dos días después. 

En su momento, la madre buscadora responsabilizó de su secuestro a integrantes de la Unión General Obrera Campesina y Popular (UGOCP), una agrupación histórica en la frontera cuenqueña dedicada al robo e invasión de predios, ligada por temporadas a células del crimen organizado y que ella señaló de participar en la desaparición de sus hijos. 

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Extraoficialmente, 63 desaparecidos en 2022

Hasta octubre de 2022, la cifra extraoficial de desaparecidos en Tuxtepec, de acuerdo con el  monitoreo de medios de la organización Mahatma Gandhi, ascendía a 63, datos que contrastan con los de la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas y no Localizadas de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO), que cuenta 12.

En 2020, la misma unidad registró 11 desapariciones en Tuxtepec y 21 en la Cuenca del Papaloapan, que comprende 14 municipios. Entre  junio de 2019 y junio de 2020, ocho jóvenes de San Juan Bautista Tuxtepec fueron reportadas como desaparecidas y hasta la fecha no han sido localizadas. 

Desde 2019, en San Lucas Ojitlán hay tres mujeres de 18,  17  y 34 años ilocalizables. En Loma Bonita, una menor de 16 años; en Acatlán de Pérez Figueroa, tres niñas en 2022, y en San Miguel Soyaltepec, una mujer de 26 años, en 2019.

Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, hasta  el 2 de febrero pasado  en Oaxaca 428 personas permanecen  desaparecidas y 172 no localizadas.

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Siempre la frontera

Un expolicía estatal que huyó a Estados Unidos le confesó por teléfono a Elvira Gómez que sus hijos fueron levantados. 
El policía, que se dijo arrepentido, dijo que recibió una orden: “Los entregaron y creo que ya los mataron”, le comentó. Es la única pista que ha recibido la mujer  buscadora sobre el paradero de sus hijos.

Las fiscalías estatales de Oaxaca y Veracruz, acusa, enlodaron la atracción del caso y la búsqueda, poniendo como excusa el lugar de los hechos, ubicado en la frontera entre dos estados. Ella se refugió en colectivos de madres veracruzanas por la cercanía, pero sus hijos  desaparecieron en Oaxaca. 

—¿Por qué manifestarse en caravanas en Tuxtepec y no hacer el proceso en la Vicefiscalía de la Cuenca o darle seguimiento con la fiscalía de Oaxaca?, le pregunto a Elvira Gómez.

 —Le echan siempre la culpa a la frontera, luego pierden los expedientes,  todo está podrido, lamenta la señora.
Esta casa editorial buscó la versión de la Vicefiscalía Regional, pero no hubo respuesta.

GPP

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