El enfoque de la 4T: ¿Menos apoyos a los pobres, más beneficios para los ricos?

Una de las frases más repetidas por Andrés Manuel López Obrador en sus campañas electorales fue: “Por el bien de todos, primero los pobres”. Sin embargo, a casi seis años de su administración, esta promesa parece haberse desvanecido en medio de decisiones que, paradójicamente, han perjudicado más a los más necesitados y beneficiado a los más ricos.

Desde que asumió la Presidencia en 2018, López Obrador eliminó varios programas sociales existentes, justificando que estaban “plagados de corrupción”. En su lugar, estableció nuevos programas con un gasto social sin precedentes dirigido a personas mayores, jóvenes desempleados, estudiantes, agricultores y personas con discapacidades.

Cambio en la distribución del gasto social

El cambio más significativo y menos notado fue en la distribución del dinero. De repente, los más pobres de México comenzaron a recibir una porción menor del gasto público que en gobiernos anteriores.

Esto se debió, en gran parte, a la implementación de una “pensión universal” para personas de la tercera edad que López Obrador lanzó en 2019. Esta pensión prácticamente duplicó la existente y se amplió a todos, independientemente de sus ingresos. Esto incluyó a aquellos jubilados que ya recibían una pensión.

Este enfoque universal, aunque popular, ha tenido un efecto adverso. Según Robert Greenstein, miembro de la Brookings Institution, “los programas universales distribuyen los beneficios más escasamente entre toda la población, con el resultado de que la gente que más los necesita empeora”. Esto puede resultar en un aumento de la pobreza y una mayor desigualdad.

Impacto en la población más vulnerable

Aunque los programas sociales de López Obrador han sido muy populares y se estima que este año beneficiarán a unos 28 millones de mexicanos, la realidad es que los más pobres reciben menos apoyo que antes. Mientras tanto, algunos de los más ricos comenzaron a recibir dinero que no necesitan, creando una distribución desigual de los recursos.

A pesar de la eliminación de programas anteriores que se centraban en los más necesitados, el actual gobierno ha promovido otros programas como Jóvenes Construyendo el Futuro y Sembrando Vida. Sin embargo, estos programas no han logrado compensar la pérdida de los apoyos más específicos.

Resultados mixtos en la lucha contra la pobreza

A cuatro meses de que termine el sexenio de López Obrador, es evidente que sus políticas han tenido resultados mixtos.

Si bien varios millones de personas han salido de la pobreza, hay factores externos que también han influido, como el aumento del salario mínimo y las remesas récord enviadas por mexicanos en el extranjero. Curiosamente, también hay unos 400 mil mexicanos más en pobreza extrema que al inicio de su mandato, según datos del gobierno.

Promesas y críticas de los opositores

La popularidad de los programas sociales de López Obrador es tal que incluso los candidatos de la oposición que buscan reemplazarlo en las elecciones del 2 de junio han prometido ampliarlos.

En el último debate presidencial, Xóchitl Gálvez, candidata de la alianza “Fuerza y Corazón por México”, se comprometió a reducir la edad mínima de jubilación de 65 a 60 años.

Sin embargo, los críticos advierten que sin un enfoque más específico y una distribución más equitativa de los recursos, los programas sociales universales podrían seguir beneficiando a quienes menos los necesitan, mientras que los más pobres continúan desprotegidos.

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